Aprendo leyendo

En verano compro piña. A mi hija le gusta mucho y suele llevársela a la piscina municipal ya preparada para comerla de postre antes de entrar a trabajar. Se gana unos buenos euros "socorriendo" a quienes lo hubieran menester.

Siempre la traigo de la frutería de Mari, en el mercado de San Pascual, pero hasta hoy no había mirado la etiqueta: dice cosas, como la mayoría de etiquetas que casi nunca leemos. Esta afirma venir de Costa Rica. Y añade por detrás:

In America contact:
1-800-659-6500 P.O. Box 149222, Coral Gables, FL 33114-9222

In Europe contact:
74 Boulevard d'Italie, MC 98000, Monaco

Mi hija, nacida en Brazzaville (República del Congo), come en España, piña de Costa Rica, comercializada por una empresa de Florida, EE.UU., que se hace representar en Mónaco de cara a Europa, región del Pacífico y Medio Oriente.

O sea, un ejemplo de nuestro mundo globalizado. Y del otrora imperio económico de los norteamericanos que, en los años sesenta del pasado siglo, adquirieron las mejores plantaciones tropicales del Caribe a precio de auténtico saldo. Quien manda, manda ... y quien tuvo, retuvo.

Lo que digo: aprendo leyendo.