viernes, 7 de octubre de 2011

¡A la mesa!

Hemos efectuado una prueba ensayo, pero ensayo general, de una idea de la pacomia. Ayer comimos en mi casa Amador, Manolo y yo. Seguimos mis costumbres en cuanto a lugar de comer, tomar el aperitivo y el café, y nos comimos un buen arroz al horno; bebimos algo más de lo que solemos hacer comiendo en soledad de lunes a viernes. Lo pasamos bien ; hizo buen día; ni frío, ni calor; pudimos charlar hasta más de las 19:00 con ventanas abiertas y a gusto. No debimos gritar mucho, porque ningún vecino se quejó a la hora de la siesta, o es que son muy educados.

Personalmente hago constar mi agradecimiento a Amador y a Manolo por asistir a la invitación, por supuesto; pero sobre todo por su charla distendida, agradable y, en muchas ocasiones, muy divertida. Hasta próximas ocasiones, si las hubiera o hubiese. Gracias.

2 comentarios:

  1. Corroboroboro y sussssscribo todo lo que afirma aquí nuestro Cronista de la Villa. Es cierto que seguimos sus costumbres, y qué costumbres más requetesanas, joé!
    Qué bueno el arroz al horno, los vinos, los cafés, la charla, la compañía, el tiempo, la casa,la calle, el portal, los vecinos y la madre que nos parió.

    Que qué a gusto se debió de quedar!

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  2. ¡Esas son las ideas buenas que surgen de las buenas pacomias! Sí señor.

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