sábado, 16 de febrero de 2013

Se debe pensar que soy tonto, el tío.

Este martes hablaremos de cosas más trascendentes. No vendrá a cuento referiros allí cierta historia. Ni todos estarán presentes. Es por ello que me decido a insertarlo aquí permitiéndome vosotros, además, una licencia: hay que joderse! Así, a la pata la llana y gracias.

¿De dónde rayos sacará ese tío los 3.400.000 € que le está costando construir el palacete con vistas inmejorables a la sierra de Guadarrama, en Colmenar Viejo, de Madrid? Si no tiene dónde caerse muerto.

Casimiro se llama. Lleva treinta años recogiendo homeless tirados por la capital o que le mandan para allá las autoridades de media España. Las mismas que no le dan un euro de ayuda de sus presupuestos. Lo conozco desde hace más de veinte años, sonriente siempre y con una gota de sudor cayéndole de la punta de la nariz.

Pues bien, hace ahora un año va el tal Casimiro y se camela al Sr. Alcalde del PP de Colmenar que le ha cedido unos terrenitos en un pleno. Y está construyendo, el tío! Para llevarse a más gente además de la que ya tiene.

Este viernes ya le dije: mira, Casimiro, o por las noches atracas bancos o los corruptos de este país no lo son sino que te dan a ti la pasta que afanan. Se reía el muy inconsciente y me decía no sé qué historias que no oía y menos entendía porque un catarro se me ha fijado en los oídos y me impide bastante, la verdad. Pero es igual lo que me dijera porque seguiría sin entender una palabra de lo que pasa allí dentro.

Lo digo en serio y no es que yo no haya preguntado; qué va, qué va. Pero siempre me dicen lo mismo: que si una ancianita les lleva un litro de aceite cuando cobra su pensión, que si unas monjitas les dan unas ponedoras que ya no ponen, que si mil yogures a punto de caducar, que una tonta del bote les da los ahorros que juntó para un coche, etc.

Historias para no dormir. No me las creo. Se debe pensar que soy tonto, el tío. Tiene a sesenta recogidos en Colmenar. Y en Madrid a treinta, y en Murcia a veinte y en Perú ... yo qué sé ... Me da igual. Está como una regadera: se coge solo tres días de vacaciones al año, vive con ellos como uno más, comiendo lo mismo y ni es cura, ni religioso, ni de de una ONG de esas. No es de nada, el tío va por libre.

No os canso más. Pero es que llevo más de veinte años hablando solo. Comprendedme, coño!

(Os pongo unas fotos que hice ayer con el móvil para que veáis que no es invención, que algunos podéis pensar que ya sueño historias por las noches. Y no, todo llegará, pero todavía no).





2 comentarios:

  1. ¿Dónde estás Casimiro? dinos algo que tal vez a través de Amador tengamos algunos yogures a punto de caducar.

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