¿No
os lo había dicho? Pues ya lo sabéis. Además del canadiense tengo un
amigo sirio. De Homs, primera ciudad en sentir el látigo del
tirano. Situada al norte de Damasco y pegadita al Líbano, por cuya frontera escapó
hace meses. A pie los siete kilómetros últimos que lo
separaban de la vida y la libertad. Esquivando bombas, sorteando soldados.

Andamos muy malamente comunicados. Facebook. Muy simpático, educado, bien preparado. Aviso a navegantes, preparado en su mundo significa familiarizado con las armas. Y Aref desde la infancia ya departía con ellas en casa. Que las trataba de tú a tú, quiero decir. Conducía –sin carnet, claro– con una pistola en la guantera y otra escondida en el calcetín. En un control salió por piernas para ocultarse veloz en los recovecos del zoco. Le cuesta centrarse pero su amabilidad innata le hace atractivo para quienes lo conocemos: nos vamos entendiendo a través de una compañera nuestra que lleva cuatro años estudiando árabe. Y qué bien se bandea. La tía.
Suerte, pequeño gran hombre.
¡ VIVA SIRIA LIBRE !
Y viva España. Que no te expulsó
(¿... todavía?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar.