"La gran falacia del proverbio de los gatos está en la argucia de equiparar los medios a colores. En efecto, el color nos lo representamos como la cualidad más inocente y más inoperante, y por tanto totalmente incapaz de condicionar el fin o de alterarlo. La tremebunda polémica sobre la racionalidad o irracionalidad de la mano invisible de Adam Smith, la incontestada denuncia de sus efectos conformadores, uniformadores y destructores de toda sociedad y humanidad social, serían sólo querellas sobre fantasmagorías cromáticas, cuestión de colores. Lo que importa es el lucro, el beneficio; los diferentes medios por los que se obtenga no son más que diversidades de color.
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