Blog de quienes, jubilados, tienen el júbilo suficiente para charlar sobre lo que les viene en gana.
jueves, 10 de julio de 2014
Deber de memoria y de reconocimiento
La UE nació en la lucha por la libertad y para que aquella tragedia no se vuelva a repetir.
Si no se olvida, los Estados Unidos de Europa
serán una realidad.
Clausura de los actos del 70 aniversario del desembarco de Normandía. (La duración del vídeo es de una hora y no he encontrado traducción al castellano. Las imágenes creo que merecen la pena)
Ojalá no olvidemos el sacrificio y la vida de tantos luchadores para que tengamos una Europa unida política, económica, cultural y, sobre todo, fraternal.
También nació, al socaire de la reconstrucción de Europe, por intereses económicos. Primero el acero y el carbón, imprescindibles para reconstrucción, y posteriormente para igualar las rentas de los agricultores con las de los industriales. Cubriendo los intereses económicos nacionales, en este caso verdaderamente nacionales, su pusieron las mantas ideológicas, que también eran verdaderas y existentes. La paz en Europa, tras tres guerras europeas (1870, 1914, 1939), no solo era una manta para tapar intereses menos sublimes, era una necesidad sentida. También hay que reconocer que consiguieron muchos objetivos; pero hoy, las mantas ideológicas han volado, dejando al descubierto lo que había debajo: intereses económicos muy acuciantes tras la crisis financiera iniciada (¿seguro?) en USA. Memoria y reconocimiento, sí, pero para reajustar el presente; no solo para agradecer a los pioneros de la unidad europea, todavía coloreada por los nacionalismos. Opino, no pontifico.
En una larga entrevista a Georges Berthoin, Director del Gabinete de Jean Monnet en la CECA, al preguntarle por el futuro de la UE, responde: "A partir de ahora, la elección es clara y exigente. O volvemos por una lenta decadencia y un derrotismo resignado a las maldiciones europeas de antaño o acabamos la obra que hemos empezado" Hasta la crisis, la UE había sido, con deficiencias, imperfecciones y errores, la respuesta al grito de "Nunca más" de la generación del desembarco. Ahora, nada está claro. Esperemos que el deber de memoria sea un punto de referencia para el presente y que no volvamos a nuestro antiguos demonios. Pero en la incertidumbre de hoy, todo parece posible.
Ojalá no olvidemos el sacrificio y la vida de tantos luchadores para que tengamos una Europa unida política, económica, cultural y, sobre todo, fraternal.
ResponderEliminarTambién nació, al socaire de la reconstrucción de Europe, por intereses económicos. Primero el acero y el carbón, imprescindibles para reconstrucción, y posteriormente para igualar las rentas de los agricultores con las de los industriales. Cubriendo los intereses económicos nacionales, en este caso verdaderamente nacionales, su pusieron las mantas ideológicas, que también eran verdaderas y existentes. La paz en Europa, tras tres guerras europeas (1870, 1914, 1939), no solo era una manta para tapar intereses menos sublimes, era una necesidad sentida. También hay que reconocer que consiguieron muchos objetivos; pero hoy, las mantas ideológicas han volado, dejando al descubierto lo que había debajo: intereses económicos muy acuciantes tras la crisis financiera iniciada (¿seguro?) en USA. Memoria y reconocimiento, sí, pero para reajustar el presente; no solo para agradecer a los pioneros de la unidad europea, todavía coloreada por los nacionalismos. Opino, no pontifico.
ResponderEliminarEn una larga entrevista a Georges Berthoin, Director del Gabinete de Jean Monnet en la CECA, al preguntarle por el futuro de la UE, responde: "A partir de ahora, la elección es clara y exigente. O volvemos por una lenta decadencia y un derrotismo resignado a las maldiciones europeas de antaño o acabamos la obra que hemos empezado"
ResponderEliminarHasta la crisis, la UE había sido, con deficiencias, imperfecciones y errores, la respuesta al grito de "Nunca más" de la generación del desembarco. Ahora, nada está claro. Esperemos que el deber de memoria sea un punto de referencia para el presente y que no volvamos a nuestro antiguos demonios. Pero en la incertidumbre de hoy, todo parece posible.