Los asistentes figuran en esta foto (que hace Amador desde fuera de La Chimenea, clic sobre imagen). Me apetece relatar la tertulia de ayer por la tarde, habitual como todos los meses desde hace más de nueve años. Hemos comentado en estos años todo, todo, lo que conocíamos de lo que ocurría en España, en Europa y en el Mundo.
Ayer, como era de esperar y además obvio, aunque varias veces se intentó sacar al grupo del asunto de Cataluña, y todos aceptamos ese despeje, el balón salió rápidamente fuera de banda, y el grupo volvía, a veces con humor, casi siempre con dolor por lo que estamos viviendo todos los días los españoles, a compartir hechos a interpretaciones. Nos atañe, porque somo españoles, y no sabemos dejar de lado ni la historia ni el día a día, porque estamos inmersos en ambos, aunque a veces apetece soñar que no está ocurriendo; que es una mala pesadilla. Pero es real; y no solo son hechos; son las personas que están en la primera fila del escenario y, sobre todo para mi, las que desde muchas filas atrás tienen que dar la cara por lo que dicen, prometen, o juegan los de la primera fila, que de todo parece que hay. Duros días para todos, y malos augurios porque no nos parecía a los asistentes que se pudiera reconducir o solucionar ni fácil ni rápidamente. Tiempo, tiempo, siempre el tiempo; y el tempo mal gestionado.
Opiniones, pareceres, hechos relevantes, historias, etc. Todo fue cayendo encima de la mesa. Creo que en ocasiones hubo malentendidos, sí, y, para reconocerlo, alguna "tontería" que otra; bastantes veces con humor, del bueno, no negro. En fin; descansamos del dolor y la incertidumbre mirando a los ojos a los amigos, que con gusto escucharon al otro, porque compartíamos el dolor. Por encima de todo, creo poder resumir el sentir, espero que mayoritario, de la angustia porque también nosotros ignorábamos la solución, el final de este viaje a ninguna parte. Que conste, en la mesa, se repartió leña a ambas partes, con dureza y certeza, con sinceridad y acierto.
Para los curiosos interesados, quizás convinimos implícitamente en que esta locura, cortando la historia y las historias de ambas partes, de forma inmediata nace en el 6 y 7 de septiembre; tarde aciaga donde las haya.
(Personalmente, sentí vergüenza esos dos días de ser español; porque lo que ocurre, para mi,en esta nuestra nación, me duele. Soy valenciano, pero no valencianista; quiero a Cataluña, hasta haberme definido como "catalanista histórico", pero no soy catalanista; soy español, pero no nacionalista; soy europeo, pero no europeísta. Me gustaría creer que me dejan ser ciudadano de la Tierra, y que no me obligan a comulgar con ruedas de molino).
Estos párrafos me han salido del alma de un tirón. Pido disculpas por los olvidos y por lo que yo haya entendido mal. Interrumpo este relato con una frase hecha que se usaba, según me explicaron algunos contertulios ayer, cuando se daba el nombre a alguien de mayor autoridad: "Soy Eduardo Ferrer Grima, para servir a Dios y a Ustedes".