Blog de quienes, jubilados, tienen el júbilo suficiente para charlar sobre lo que les viene en gana.
sábado, 14 de octubre de 2017
Stand-off
Gracias, Paco, por la anterior entrada inteligente y sincera que amplía el relato, el cómo se cuentan y propagan las noticias dentro y fuera de nuestro entorno porque ello es hoy en día de la máxima importancia. Leer más ...
Estoy conforme con lo que has escrito, Amador. El libro que menciono en la última entrada puede dar pistas de por qué los ingleses nos dan lecciones desde el siglo XVI. El libro es muy interesante, pero basta la entrevista que he enlazado en la entrada "Imperiofobia". Hace unos cinco años aposté a favor de España, negando que llegase a haber un referendum en Cataluña; lo hice convencido que no interesaba a Cataluña ni a España. No pude imaginar lo que hemos vivido como testigos.
Gracias,Amador, por tu comentario. Hoy leía en Le Soir una entrevista al Primer Ministro, Charles Michel, que con algunos matices sigue la misma dirección que "The Economist". La situación catalana es en este momento para mí, nuestro gran fracaso. Anunciada desde hace años, nadie ha hecho nada para evitar la triste situación que vivimos. Como en la burbuja inmobiliaria, nadie se movió hasta que se produjo el conflicto. Iñaki Gabilondo decía hace algunos días que todos nos hemos despertado, al ver el precipicio. Demasiado tarde, sin duda. Pero ya estamos despiertos. Qué hacer? Porque esa es la pregunta. No creo que nadie tenga la respuesta. Pero se puede saber qué no debe hacerse, si se trata de solucionar el problema y no de agravarlo todavía más. En mi opinión, el gobierno hasta ahora no parece enterarse. El problema ha saltado de las fronteras españolas al espacio europeo. Las alianzas son imprescindibles para encontrar una salida y, en la opinión pública, la política del gobierno de Rajoy comunica muy mal. A partir del lunes, veremos cómo se desarrollan los acontecimientos pero sería un error grave considerar exclusivamente un escenario de aplicación de la ley y utilización de la violencia necesaria para conseguirlo. Es mi pequeña opinión ante este enorme problema. Hablar directamente sobre Cataluña me cuesta cada vez más trabajo, porque soy muy consciente hasta qué punto el campo está minado y la palabra cargada de malentendido. Como en el Nocturno de Alberti: "Siento esta noche herida de muerte la palabra"
El enorme problema tiene, como es sabido, una historia antecedente bastante seria. El tancredismo político ha existido, y no solo por parte del PP, aunque los grados de responsabilidad no se reparten en porciones iguales. Hoy,ya lunes, es muy fácil, creo, dejar todo el peso en el gobierno de España, y no cargar, primero sobre el gobierno independentista. Es cierto que no es fácil; para empezar habría que limpiar los datos del reparto de palos en la calle; habría que dilucidar, ya sé que a posteriori, para qué tanto despliegue de fuerzas públicas en condiciones de hospedaje muy discutible, si no se consigue el objetivo de que no haya ni urnas ni votos; habría que dilucidar, limpiar, la tardía reacción de los partidos no independentistas catalanes. Todo esto ocurrió en dos semanas, y hasta el martes pasado se seguía creyendo que no serían capaces de declarar la independencia; lo hicieron, aunque de tapadillo y sin efectos jurídicos fundamentados. Y, ahora, lloramos volviendo la cara hacia los tancredistas políticos. Lamentar el camino del 155, y no lamentar los errores del PdeCat y ER en manos de la CUP; vaya chiste parlamentario. El intento del referendum ya fue un paso atrás de los independentistas, sabiendo que no había vía libre por ese camino; lo forzaron para tener en la mano argumentos fácticos, pero irracionales. Vale; seguiremos esperando un crack que lo arregle, como si hubiera una salida de la chistera.
¿No os parece, amigos Paco y Eduardo, que hemos venido evitando hablar de todo esto en nuestro modesto foro del blog? Creo que sí y lo entiendo pues resulta un campo minado y la palabra malherida si no muerta. Quizá elegimos preservar la amistad y no dañarla con opiniones difíciles. Lo que me lleva a pensar en la tremenda situación por la que han de estar pasando millones de ciudadanos vecinos muy cercanos. Aquí y cuando ya la noche está bien entrada solo me resta desear con toda mi alma que la situación se acierte a recomponer con la menor dósis de dolor para nadie. Ojalá.
Por mi parte, Amador y Paco, expresar opiniones y estrategias políticas ...distintas, aunque sea en temas resbaladizos e impregnados de sentimientos, no me plantea en ningún momento ni roces débiles en mis relaciones amistosas. No sé si a vosotros os ocurre lo mismo. Creo que mantener la amistad guardando en la recámara lo que sea para no ensombrecerla puede durar una temporada, pero pierde seguridad. Opinar distinto, creer que otras estrategias políticas pueden servir mejor a la resolución de conflictos socio-políticos, no tiene por qué rozar lazos sentimentales amistosos, que, para mi, están muy encima de las condiciones y realidades de la vida diaria. Lo digo más claro; no sería una profundad amistad aquella que se tambalea por la discrepancia; en este caso a costa de un conflicto cuya solución nos interesa a todos por igual. Besos mil.
Estoy de acuerdo, Eduardo y comparto tu opinión, aunque no sé si será así para otras personas que participen en este foro, muy importante para mí en estos momentos, pero limitado también para expresarse en un conflicto inevitablemente cargado de emociones y complejo. Por otra parte, es doloroso verse impotente y huérfano en una situacion que toca sentimientos tan profundos. Espero contigo, Amador, que se acierte a recomponer este conflicto con el menor dolor posible. Difícil, muy difícil pero quizás no imposible todavía. Un fuerte abrazo, con mi amistad que defenderé con uñas y dientes.
A menos de 24 hs de salir de dudas —se supone—, mi adhesión fervorosa a lo escrito por mis dos interlocutores en este asunto del que hubiéramos preferido no hablar nunca. Gracias.
Estoy conforme con lo que has escrito, Amador. El libro que menciono en la última entrada puede dar pistas de por qué los ingleses nos dan lecciones desde el siglo XVI. El libro es muy interesante, pero basta la entrevista que he enlazado en la entrada "Imperiofobia". Hace unos cinco años aposté a favor de España, negando que llegase a haber un referendum en Cataluña; lo hice convencido que no interesaba a Cataluña ni a España. No pude imaginar lo que hemos vivido como testigos.
ResponderEliminarGracias,Amador, por tu comentario.
ResponderEliminarHoy leía en Le Soir una entrevista al Primer Ministro, Charles Michel, que con algunos matices sigue la misma dirección que "The Economist".
La situación catalana es en este momento para mí, nuestro gran fracaso. Anunciada desde hace años, nadie ha hecho nada para evitar la triste situación que vivimos. Como en la burbuja inmobiliaria, nadie se movió hasta que se produjo el conflicto.
Iñaki Gabilondo decía hace algunos días que todos nos hemos despertado, al ver el precipicio. Demasiado tarde, sin duda. Pero ya estamos despiertos.
Qué hacer? Porque esa es la pregunta.
No creo que nadie tenga la respuesta. Pero se puede saber qué no debe hacerse, si se trata de solucionar el problema y no de agravarlo todavía más.
En mi opinión, el gobierno hasta ahora no parece enterarse. El problema ha saltado de las fronteras españolas al espacio europeo. Las alianzas son imprescindibles para encontrar una salida y, en la opinión pública, la política del gobierno de Rajoy comunica muy mal.
A partir del lunes, veremos cómo se desarrollan los acontecimientos pero sería un error grave considerar exclusivamente un escenario de aplicación de la ley y utilización de la violencia necesaria para conseguirlo.
Es mi pequeña opinión ante este enorme problema.
Hablar directamente sobre Cataluña me cuesta cada vez más trabajo, porque soy muy consciente hasta qué punto el campo está minado y la palabra cargada de malentendido.
Como en el Nocturno de Alberti: "Siento esta noche herida de muerte la palabra"
El enorme problema tiene, como es sabido, una historia antecedente bastante seria. El tancredismo político ha existido, y no solo por parte del PP, aunque los grados de responsabilidad no se reparten en porciones iguales. Hoy,ya lunes, es muy fácil, creo, dejar todo el peso en el gobierno de España, y no cargar, primero sobre el gobierno independentista. Es cierto que no es fácil; para empezar habría que limpiar los datos del reparto de palos en la calle; habría que dilucidar, ya sé que a posteriori, para qué tanto despliegue de fuerzas públicas en condiciones de hospedaje muy discutible, si no se consigue el objetivo de que no haya ni urnas ni votos; habría que dilucidar, limpiar, la tardía reacción de los partidos no independentistas catalanes. Todo esto ocurrió en dos semanas, y hasta el martes pasado se seguía creyendo que no serían capaces de declarar la independencia; lo hicieron, aunque de tapadillo y sin efectos jurídicos fundamentados. Y, ahora, lloramos volviendo la cara hacia los tancredistas políticos. Lamentar el camino del 155, y no lamentar los errores del PdeCat y ER en manos de la CUP; vaya chiste parlamentario. El intento del referendum ya fue un paso atrás de los independentistas, sabiendo que no había vía libre por ese camino; lo forzaron para tener en la mano argumentos fácticos, pero irracionales. Vale; seguiremos esperando un crack que lo arregle, como si hubiera una salida de la chistera.
ResponderEliminar¿No os parece, amigos Paco y Eduardo, que hemos venido evitando hablar de todo esto en nuestro modesto foro del blog? Creo que sí y lo entiendo pues resulta un campo minado y la palabra malherida si no muerta. Quizá elegimos preservar la amistad y no dañarla con opiniones difíciles. Lo que me lleva a pensar en la tremenda situación por la que han de estar pasando millones de ciudadanos vecinos muy cercanos. Aquí y cuando ya la noche está bien entrada solo me resta desear con toda mi alma que la situación se acierte a recomponer con la menor dósis de dolor para nadie. Ojalá.
ResponderEliminarPor mi parte, Amador y Paco, expresar opiniones y estrategias políticas ...distintas, aunque sea en temas resbaladizos e impregnados de sentimientos, no me plantea en ningún momento ni roces débiles en mis relaciones amistosas. No sé si a vosotros os ocurre lo mismo. Creo que mantener la amistad guardando en la recámara lo que sea para no ensombrecerla puede durar una temporada, pero pierde seguridad. Opinar distinto, creer que otras estrategias políticas pueden servir mejor a la resolución de conflictos socio-políticos, no tiene por qué rozar lazos sentimentales amistosos, que, para mi, están muy encima de las condiciones y realidades de la vida diaria. Lo digo más claro; no sería una profundad amistad aquella que se tambalea por la discrepancia; en este caso a costa de un conflicto cuya solución nos interesa a todos por igual. Besos mil.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Eduardo y comparto tu opinión, aunque no sé si será así para otras personas que participen en este foro, muy importante para mí en estos momentos, pero limitado también para expresarse en un conflicto inevitablemente cargado de emociones y complejo.
ResponderEliminarPor otra parte, es doloroso verse impotente y huérfano en una situacion que toca sentimientos tan profundos.
Espero contigo, Amador, que se acierte a recomponer este conflicto con el menor dolor posible. Difícil, muy difícil pero quizás no imposible todavía.
Un fuerte abrazo, con mi amistad que defenderé con uñas y dientes.
A menos de 24 hs de salir de dudas —se supone—, mi adhesión fervorosa a lo escrito por mis dos interlocutores en este asunto del que hubiéramos preferido no hablar nunca. Gracias.
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