jueves, 12 de octubre de 2017

Todos somos hijos del mismo sol


"Todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río", ha pronunciado Mariano Rajoy este miércoles en el Congreso de los Diputados. Estaba citando, sin decirlo, a Manuel Azaña; al discurso que el expresidente de la Segunda República pronunció  el 18 de julio de 1938 en Barcelona. El discurso señalaba el error de la guerra como solución al problema español, político, económico, social o territorial. El grave error de considerar enemigos a otros españoles y dividir a la sociedad en vencedores y derrotados.

El discurso del Presidente de la II República, como es sabido, terminaba así:

"Yo creo que si de esta acumulación de males ha de salir el mejor bien posible, será con este espíritu, y desventurado el que no lo entienda así. No voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio de que “no hay mal que por bien no venga”. No es verdad. Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que les hierva la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelva a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres que han caído magníficamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, piedad, perdón"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por opinar.