lunes, 26 de febrero de 2018

España, un gran país.

Es lo que pensamos y creemos muchos. Pero sobre todo lo cantan a los cuatro vientos Rajoy y Rivera, y es un mensaje que utilizan, creo, para tapar uno, sus vergüenzas, y el segundo, su oposición congelada. No se detienen tanto en lo que, según pensamos y creemos muchos,  es vital para este gran país, y más aún para los paisanos/ciudadanos/gobernados.

La lista es larga y pública. Por encima de todo lo que está pendiente, sobresalta la paralización política representada por el descanso que los diputados de Madrid   se han tomado, aceptando el viento de cola que sopla el PP para aguantar en el poder.

Parafraseando el verso del Poema del Mio Cid: "Qué buenos ciudadanos si hubiera buenos políticos", "Qué gran país si hubiera buenos y activos políticos".

(Poema de Mio Cid, verso 20: "Dios, qué buen vassallo,si oviesse buen señore!". Espasa Calpe, Clásicos castellanos, 1971. Según algunos autores tiene dos lecturas: ¿quiere decir «¡Ojalá que tuviese buen señor!» o «Sería buen vasallo si tuviese buen señor»?).
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5 comentarios:

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  2. Pienso que cuando los políticos que gobiernan un país exclusivizan el objetivo de mantenerse en el poder y disfrutar de sus muchas prebendas, algo huele de forma insoportable a podrido y no aludo a Dinamarca precisamente.

    Ahora me voy a la puerta de entrada al poder, los votos, y ¿qué observo? Que la mayoría de mis conciudadanos no hace ascos al hedor y la izquierda sigue un año y otro sin encontrar aroma alguno que neutralice y supere tal peste. No me siento bien.

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    1. Alguien dijo, creo que Hannah Arendt refiriéndose no sé si a Alemania o al pueblo judío, que no podía amar a ningún pueblo. Que solamente sabía amar a las personas concretas. Posiblemente, Hannah Arendt en su condición de exiliada experimetó el vacío de las grandes palabras y los gestos solemnes.
      Creo que la grandeza de un pueblo se mide, es mi humilde opinión, en su forma de tratar a las personas concretas en la vida de cada día. En la manera de relacionarse con los otros pueblos, sin romper nunca el vínculo sagrado de pertenencia a la misma especie humana.
      El hedor hace ya demasiado tiempo que existe, no solamente en España, y los ciudadanos no encontramos alternativa a esta peste.
      Intento sobrevivir como puedo, agradecido siempre a las personas como tú que posibilitan compartir ideas y sentimientos, sin negar la realidad. Tarea nada fácil, sin perder nunca la alegría de vivir.
      Sin esas personas (es un lujo poder decir que todavía son muchas o, al menos, no pocas) mantener el gusto por la vida, la esperanza y la espera me hubiese sido imposible. Gracias.

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    2. Gracias, las que usted tiene, amigo Paco. Responderé a sus dos últimas líneas de su comentario, esas que rezan “sin esas personas mantener el gusto por la vida, la esperanza y la espera me hubiese sido imposible”.

      Es muy tremendísimo, ¿no le parece a usted? Me has hecho pensar, mecachis, y ahora no se cómo expresar esos pensamientos. A ver: creo que lo desgarrador está en la diferencia, que otros llaman agravio comparativo. Si hay un desequilibrio dramático entre lo que ansiamos y lo que conseguimos nos rompemos. Si es trágico nos suicidamos y si estamos en el ten con ten, pues bueno, ahí estamos suficientes. Allá que te vamos aunque sea por temporadas, incluso por días u horas mal que bien.

      Sin personas no hay vida como no hay cocido sin garbanzos. Pero usted, señor, no habla de personas en abstracto sino de “esas personas”. Aquí se jode mi comentario, que no iba mal pero iba abstracto y prolijo. Pues nada, lo remato ya mismo diciendo que bienaventurados quienes dieron con gente que aprendió a mirar más que a ver, a callar más que a hablar, a escuchar ahí abajo en lugar de acaparar escenario. Con qué caja de herramientas de la vida consiguieron esos alimentos que ahora comparten en banquete inagotable lo ignoro. Solo se que sus mesas están siempre bien abastecidas y la concurrencia que a ellas se sienta transmite a su vez vida y confianza.

      Si frecuenta usted “esa” clase de personas es afortunado. Es más, bienaventurado me atrevería a decir sin ánimo de ofender su modestia. Hace bien en celebrarlo, qué coño.

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    3. En estas tierras de Flandes, "tremendo" ya es un adjetivo consistente. "Muy tremendo" utilizable en raras ocasiones. "Muy tremendísimo"es posible que se utilizase si el Señor Putin un día se aburre en el largo invierno ruso y se dedica a jugar con sus misiles....
      Mi entrada pretendía decir algo personal y de impacto muy limitado. Me he debido pasar mil pueblos sin darme cuenta y llegar demasiado lejos...mi "muy queridísimo amigo.."

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