Nota del copista:
El País considera que es urgente terminar con las
cuentas pendientes de la dictadura.
Este copista se alegra con la manifestación de "El País", tan olvidadizo en estos temas.
Cuesta trabajo creer que sea tan difícil aceptar la evidencia, aunque pueda entenderse mejor si al hablar de cuentas, se habla también en el sentido contable: de dinero y millones de euros que deben figurar claramente en el Debe y en el Haber.
Las buenas cuentas hacen los buenos amigos, dicen en la tierra del copista, y permiten la convivencia .
Establecidas las cuentas, los acreedores pueden generosamente renunciar al cobro. A la totalidad o a parte de lo debido. Sería deseable, quizás ya lo único posible. Pero los acreedores serían reconocidos como acreedores y los deudores como deudores. Se saldría de la confusión y de esta especie de esquizofrenia colectiva donde vivimos, desde hace ya tanto tiempo.
Esa "incurable otredad que padece lo uno" nos constituye como seres contingentes. Como a la vez somos conscientes he ahí la raíz de la insatisfacción -si nos dejamos sentirla- que percibimos cuando notamos ciertas realidades incompletas. Es por ello que también yo felicito a El País que tan gratamente me sorprendió ayer con la editorial que citas. Ese es el buen camino. Creo.
ResponderEliminarCreo también que ese es el camino.Sobre esa base, la reconciliación, con una gran generosidad, es posible. Sin el reconocimiento, de izquierdas, derechas y centros, de la realidad, todo queda en un "postureo". Pero esto es tan evidente, que el repetirlo cansa y aburre.
ResponderEliminarAsí es como comentas. Cansancio y aburrimiento, ¿qué hacer, cómo deshacerse de ellos? Llenando el aire con otros aromas bien distintos, pero el problema es que en los hornos sociales, salvo movimientos populares recientes en las calles, lo que se guisa es insulso. Huele a vacuum, ¿no creéis? Así que se recurre mas a lo estrictamente personal que, aunque se da en el ámbito político, no es política.
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