María Zambrano

"... Se quiere unánimemente que volvamos por contrarias razones. Todos de acuerdo en que cese de haber exiliados. Pero no es posible porque, ¿qué clase de pasado es éste que coincidentemente unos y otros quieren eliminar?, ¿qué pasado encarnamos o corporeizamos los exiliados?... La cuestión es lo que allí se cree una vez regresado, la situación y categoría que se ostente. 
El pasado debe ser asimilado, no eliminado, y antes ha de ser reconocido en su verdad, en la verdad de que es portador pues se debe destruir el pasado cuando es portador de un engaño... La pacificación ha de venir de todos y en forma muy específica del exiliado que es un enterrado vivo y una representación de Antígona, símbolo de la conciencia sepultada viva”.

Nota del copista:
Pocas voces se han oído en España sobre el exilio y, más concretamente, sobre el hombre exiliado como la voz certera y llena de matices de María Zambrano. Este copista se refiere al verdadero exilio, al hombre exiliado de verdad, al exilio que María Zambrano y tantos miles de compatriotas vivieron en la dignidad, lejos de los medios de comunicación que permitieran dar a conocer su dolor. 
Hace algunos meses, el Ayuntamiento  decidió dedicar  algunas plazas y calles de Madrid a personas del exilio republicano, como Corpus Barga. También a resistentes contra la dictadura, como Enrique Ruano. Por el momento, todo está paralizado porque la Fundación Francisco Franco (¿subvencionada?) ha interpuesto un recurso contra la decisión del Ayuntamiento. Como es sabido, la justicia española es muy lenta (¿casualmente?) y será necesario esperar. Seguiremos esperando.