"Lo que todos veis en los galápagos
es su lentitud, pero lo que yo veo es el peso que acarrea a sus espaldas. Es
para protegerse, sí, pero al final será el ataúd en el que acabará enterrado. Y
tiene que llevar eso arrastras toda su vida. Vosotros reíros, a mí me
comnueve".
Esto dice el
hombre que lamenta y llora la pérdida de su galápago y hace reir y es la
burla de todos los presentes. Solo es comprendido por Lucky que ha llegado a
comprender que “el realismo existe”; lleva su vida a sus espaldas esperando con
sabiduría a la muerte que se acerca poco a poco, a ritmo de cigarrillo fumado,
porque al final la vida es “humo”.
Dos formas de
vivir la vida en el mundo: Los que comprenden a los galápagos que se escapan
buscando su libertad, sin saber si al final la encuentran o no….; y los
“capullos” que viven encerrados en unos prejuicios de vida artificial ligada a
los negocios.
Lucky nos envía
un claro mensaje: “El realismo existe”. Y la realidad es la muerte a la que hay
que mirar de frente cuando se ha vivido lo suficiente como para comprender “lo
real”, porque el realismo existe.
Podemos
construir una realidad artificial como si la muerte no existiera; vivir en los
negocios, en las patrias, las guerras, en el poder; pero nos convierte en
“capullos” encerrados en las flores del jardín de un parque temático de
espaldas a “lo real”.
Porque “lo
real” nos conduce día a día a ritmo lento con el peso del pasado encerrado en un
caparazón que solo es un peso muerto; la vida se ha convertido en un ritmo de
relaciones humanas con los demás; seguir viviendo es encontrar el camino de la
libertad, como el galápago “Presidente Roosvelt” que no sabe a dónde va, pero
va hacia la muerte.
El realismo
existe, dice Lucky. Pero la realidad la
construimos. Y nos engañamos con el conocimiento de la ciencia convertida en
técnica que nos engaña con la Verdad del negocio y POSVERDAD. La razón instrumentaliza
el mundo en el “poder”: dominando la naturaleza convertida en un descampado
desierto; luego dominando a los demás, convertido todo en “negocio”. La ciencia
transformada en tecnología nos hace creer que “podemos”…. Pero el final es la
muerte.
CODA:
La actualidad gobernada por los negocios, nos ha colocado en manos de los
“expertos” que son los que “saben lo que hay que hacer” y lo hacen verdad en
tablas estadístícas convertidas en saber científico.
Esas Tablas de
la Verdad y el poder del dinero de los negocios que manejan los expertos,
construyen la “posverdad” en un “juego de parquet”. Hay que vender “Seguros”,
como nos muestra Lucky; y nos convertimos todos en “capullos de jardín de un
parque temático” al que nuestro amigo se asoma en su paseo diario llamándonos:
“¡CAPULLOS!”