De nada sirve engañar, engañarse o mirar para otro lado. Cuando la política abandona su finalidad de crear estructuras para convivir juntos, integrando la diversidad y la diferencia, solamente queda la vuelta a la tribu, la ley del más fuerte, la violencia y, finalmente, la guerra. Cuando fracasan la negociación y la convivencia en cualquier parte del mundo, la violencia y la guerra suelen estar cerca, aunque la mayoría de los ciudadanos se nieguen a aceptar una realidad tan dura.
La injusticia es insoportable. Siento admiración por los que luchan para que el sentido humanitario se imponga. Pero muchos terminan muriendo y eso produce un dolor enorme. ¿Cuándo nos sentiremos hermanos?
ResponderEliminarEn la trilogía "Libertad, Igualdad, Fraternidad" pienso que la Fraternidad se ha mantenido en la sombra, sin ocupar el espacio público que le corresponde.
EliminarEstoy de acuerdo contigo en la necesidad urgente de recuperar el sentimiento de hermandad para mantener los lazos de confianza en la convivencia. Lejos estamos, pero ahí seguiremos, amigo Ernesto.