jueves, 17 de mayo de 2018

El Roto

El Roto
“La diferencia entre yo y los surrealistas de París es que yo soy el surrealismo”
Decía Dalí, que se inició como surrealista en la Residencia de Estudiantes de la Institución Libre de Enseñanza de Madrid, con la amistad de otro surrealista de Aragón, Luis Buñuel y un poeta, mago de las palabras, Federico García Lorca, andaluz de Granada. En un Madrid, cantado como "rompeola de todas las españas" por un sevillano enamorado de Castilla, Antonio Machado.
¡¡Viva el surrealismo y la imaginación al poder!!

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Ernesto, por tu comentario y contento si te ha gustado la entrana

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  2. Surrealismo e imaginación en el poder nos sobra hoy en día, Paco amigo.

    ¿O no es surrealista e imaginativo negar que Guindos pueda dirigir la política económica del país por comprarse un ático de 600 mil € y luego comprarse un chalet de 600 mil € en Guadarrama? (lo dijo Pablo Iglesias en un programa de Ana Rosa, pues él e Irene Montero se lo han comprado ahora).

    ¿O no es surrealista e imaginativo que al grito en el cielo de SOS Racismo en Cataluña por los disparates de Torra le siga el silencio absoluto de partidos, sindicatos, organizaciones e instituciones todas?

    ¿O no es surrealista e imaginativo que los medios de comunicación nacionales y europeos asistan a la rueda de prensa de Puchi (expresidente perseguido por la justicia española) y Torra (racista convencido que afirma no ser él el presidente sino el que está a su lado) y que los periodistas transcriban o graben como borreguitos sin poner el grito en el cielo?

    ¿O no es surrealista e imaginativo que ese engendro de CUP posibilite la elección de Torra y a las 48 horas aparezca en las TVs sacándole un tarjeta roja (¡!)?
    Hago breve lo que podría darme para un libro, aunque tendría que afrontar un grave problema por ¡excesooo de materiaaal!

    Creo conocer bien el sentido de tu VIVA final, Paco, y me uno a él de corazón como ya sabes pero si no escribo esto, reviento. Gracias y mil perdones.

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    1. Comparto tu hartazgo, Amador, y estoy seguro que conoces bien el sentido de mi viva final.

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