miércoles, 4 de julio de 2012

De paella y sangría

Ya basta  de ser un país de paella, sangría y chiringuito. Viandas suculentas ante las que enarbolo copa y tenedor. Entre los primeros y como el que más. No lo digo de paso sino to begin with.

Muchas vocinas de sirenas de fábrica tuvo que oír este país antes de dejar de serlo de botijo y alpargata. Y luego mucha mochila al hom-bro pateando ciudades allende los Pirineos con ojos como platos, hasta sustituir pandereta y faralá por libro y seiscientos: olé, olé y olé por aquella gente. Así que, esperaba yo conocer una España de bióloga y violinista. Qué va.

Si no fuera por mi salud de hierro -toco madera- estaría al borde del infarto y/o del trastorno psíquico recurrente ante tanto espectáculo cutre 'de paella y sangría' como aguantamos un día sí, otro también; o sea, recurrente. Pues así definiría yo lo que me parece cuando:

Asistimos a la rapiña de políticos incultos, corruptos y pesebreros; atracadores que una mañana se miraron al espejo viéndose directores de cajas de ahorro y se dijeron en voz alta esta es la mía; magistrados meapilas, empresarios tahúres, obispos tabernarios; niñas bien que llegan a ministras por lameculos y sí_buana pero no saben hablar en público: peor que una choni. Periodistas envenenadores, intelectuales calzonazos, taxistas de ultraderecha y demás profesionales del tocomocho y la chapuza. Y aquí no pasa nada porque todo vale.

Que casi el 20% de las cortes valencianas se encuentre imputada: nos hace un país cutre, de paella y sangría.

Que exportemos cifras de nuestra economía como si fueran lustrosos tomates de primera, metiendo debajo los de tercera en la misma caja (mal copiando a nuestros pioneros en aquel 'mercado común', ¿te acuerdas?): nos hace un país cutre, de paella y sangría.

Que ... etc.: nos hace un país cutre, de paella y sangría.

Que ... etc.: nos hace un país cutre, de paella y sangría

Que ... etc.: nos hace un país cutre, de paella y sangría.

Ahí estamos, jefe. Que rellene lo anterior y siga quien le de la gana que este tronco sa'jartao, que pa'eso vivimos en un país cutre de paella y sangría, pa'eso: entre otras muchas cosas pa'dejá las cosas a medias sin que pase ná.

Mira, mal que m'esté decirlo: a tomá po'culo la bicicleta joé, que aquí qué va'pasá: que solo escribo yo? ... anda y que os den! y mira no me vengas con el cuento de que ahora estás en la playa que tú estás casi siempre "en la playa" ... ¿nos entendemos? ¡mira que te conozco, bacalao!

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