jueves, 12 de julio de 2012


PENSAMIENTOS AL  ATARDECER

2. LA AMISTAD

Tengo  ganas de  volver a leer el tratado de Cicerón  “De amicitia”. No sé si me resultará atractivo o me decepcionará. Lo volveré a leer a ver qué pasa.  En la década de los  cincuenta lo leí por primera vez y recuerdo una frase, en latín, que seguramente la he modificado con el tiempo y, tal vez, no coincida con el texto original: “Quid es dulcius quam habere quicum posse loqui ut tecum?  Siempre me ha encantado esta definición de la amistad de Cicerón. Poder hablar con otro como si fuera contigo mismo.  Indica el grado de confianza,  la autenticidad, la  libertad, la seguridad que proporciona tener delante a un amigo.

Siempre me acuerdo del ideal de la amistad cuando escucho o leo la carta de S. Pablo que dice que el amor lo perdona todo, olvida todo agravio, no recrimina… El amigo se comporta de la misma manera.

 Pienso  con frecuencia en  el dicho de que “los amigos se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dedos”.  Seguramente el dicho es cierto refiriéndose a los  excelentes amigos.  Lógicamente hay grados en la amistad. Tenemos bastantes amigos, con los que nos lo pasamos bien, charlamos  con confianza y hasta nos arriesgamos en los afectos. En cambio, el amigo 10 es más bien escaso. Tenemos  algunos amigos de grado 9, de grado  8…Y también son estupendos. Y el que tenga un amigo sea 10, 9, 8… que lo cuide, que lo cuide, como dice la canción.

Cuidar a los amigos es  respetarlos, tenerlos en cuenta, quererlos, transmitirles que “estamos ahí cuando nos necesiten” ; cuidar a los amigos es  crear un tesoro. Una amistad rota es cosa triste. No podemos permitírnoslo. Y tenemos que tratar  con los amigos. Hay un dicho, tal vez un tanto cursi, pero esclarecedor: “En la vereda que une las casas de los amigos no puede crecer la hierba”.

Un abrazo para mis amigos

Ernesto

4 comentarios:

  1. Nihil dulcius quam legere verba tua ista, dilectus Ernesto. Vel ego amicus tuus esse dicere possum?

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  2. "Et nihil humanum a me alienum puto", siendo como es la amistad una de las cosas fundamentales de lo humano.

    Me tomo la confianza de considerarme entre algunos de tus "putados" como amigo, aun cuando sea "computado" en la escala 1.

    Buena reflexión para el verano y los tiempos que corren, Ernesto, y al atardecer de la experiencia de la vida.

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  3. Nunca se me había ocurrido valorar numéricamente, como si pusiera notas, a mis amigos. Tengo amigos a los que veo más, porque es más fácil, y a otros a los que veo cuando podemos. Desde que me jubilé, lo confieso, valoro mucho más las charlas con amigos.

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  4. El amor y la amistad, amigo Ernesto, son palabras mayores.
    Son un don, un regalo de la vida. No pueden exigirse, ni dependen de ninguna ley.
    No es fácil encontrar las palabras para hablar de estos temas, en un mundo donde el leguaje sirve, con frecuencia, para ocultar y no para reflejar la realidad.
    Quizá en latín las palabras hayan conservado todo o parte de su valor. Buen provecho y buena lectura. Ya nos contará..

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