sábado, 17 de noviembre de 2012

EL RÍO EBRO, LA ESPAÑA DESGARRADA Y LA NUEVA NACIÓN DE CATALUÑA


Cuando oigo las declaraciones que los nacionalismos separatistas catalanes hacen sobre la independencia de Cataluña, me pongo a imaginar una nueva nación con sus fronteras. Imagino que se ha realizado una votación del pueblo catalán y que en su mayoría han decidido independizarse y desgajarse de España para ser una nación diferente. Mirando el mapa de España una de las primeras reflexiones que me asaltan es, en ese supuesto, cómo poner fronteras por ejemplo al río Ebro.
Hay unos 115 kilómetros desde Mequinenza (Zaragoza) a Deltebre (Tarragona), donde desemboca el río Ebro, después de haberse recorrido buena parte de España. En esos kilómetros es donde se encontraría la nueva zona de la nación catalana.
No es difícil suponer que, si esto fuera así, el gobierno de la nación española con un criterio de solidaridad tendría que adaptar el aparcado Plan Hidrológico del Ebro de forma que regara las sedientas tierras de España antes de llegar a la fronteriza Mequinenza por medio de canalizaciones y demás medios hidrológicos. En el caso de que la nueva supuesta nación catalana exigiera que se mantuviera la situación actual del río Ebro y que no se beneficiaran otras tierras españolas del caudal de sus aguas, con merma de la nueva Cataluña no española, quizás tendría que pagar un canon por recibir el caudal de agua o conformarse con el agua que recoja y reparta el tramo de los aproximados 115 kilómetros de las independientes tierras catalanas del río Ebro.
Leídas algunas cifras sobre el coste de los trasvases del Plan Hidrológico del río Ebro oscila el caudal medio anual en unos 106,9 m3 por segundo y el precio entre 0,31€ y 0,54€ el m3. Es decir que en el más benigno de los casos la nueva nación de Cataluña tendría que pagar a la desgarrada España la nada despreciable cifra de 1.045.071.504 € al año. Es  decir que si según el censo de población de Cataluña del año 2012 es de 7.565.603, le corresponde a cada habitante de la supuesta nueva Cataluña el pago de 138,13 € anuales. Bueno, no estaría nada mal para que España acabe con todos sus problemas económicos.
La otra alternativa ya se la pueden imaginar. Por un lado los problemas que se sufrirían con un ecosistema en el que el mar Mediterráneo inundara el delta del Ebro y todo el empobrecimiento de la cuenca que pierde los beneficios del agua. Por otro lado, sin embargo, el riego del caudaloso río beneficiaría las sedientas tierras españolas hasta la provincia de Almería.
Así visto, no sería un mal negocio para la España desgarrada.

2 comentarios:

  1. Leo con atención tu elaborada Entrada, P. Luna, que me ha hecho reflexionar. Gracias, pues. Iré de lo particular a lo más general.

    A mí, personalmente, la independencia de Cataluña me importa tanto como la de España y su santa soberanía: cero absoluto (que en términos de temperatura no serían los Oº grados sino los -273º), o dicho en román paladino, una higa.

    En términos generales, macro, geopolíticos, etc., pienso que a Portugal no se le cobra canon alguno por el agua del Tajo, Duero, etc., que "producimos" en nuestra piel de toro y que les llega -a veces algo exhausta ya- en abundancia suficiente. Es el caso, supongo, de docenas de países que en el mundo comparten cauces fluviales sin grandes problemas. Si bien reconozco que en el futuro la guerra del agua será de una actualidad 'rabiosa' y te felicito por intuir este tipo de litigio en ciernes.

    En fin, mejor lo tuiteamos en la reunión cervecera del martes.

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  2. Me parece, Paco, que, precisamente el Ebro, no sería la cuestión más seria en la delimitación de fronteras, entre otras cosas porque Tortosa no es el último ayuntamiento de la actual Cataluña, ¿no?

    (Y el Ebro desemboca en Deltebre)

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