viernes, 9 de noviembre de 2012

Enseñar y aprender.


Y por si fuera poco, la práctica de la docencia constituye, en sí misma, un milagro, la tercera de las maravillas. Si resulta sorprendente que la naturaleza esté constreñida por leyes, si es impresionante que seamos capaces de aprehenderlas, ¿qué decir de que podamos transmitírnoslas los unos a los otros, sin más ayuda (en la mayoría de las ocasiones) que una pizarra y una tiza? La mente humana está dotada de un instrumento extraordinario, el lenguaje, que nos faculta para comunicarnos cualquier tipo de información. este instrumento no sólo incluye las distintas lenguas, sino también el idioma de la naturaleza, que hemos sido igualmente capaces de aprender: las matemáticas. Y junto con este instrumento tan valioso, los seres humanos contamos con una enorme capacidad de aprendizaje, que nos permite comprender y asimilar aquello que nuestro mayores descubrieron antes que nosotros.

(Arsuaga y Martínez, Amalur. Del átomo a la mente, Temas de hoy, Madrid, 2002, ps. 19 y 20)

1 comentario:

  1. Vivan las matemáticas (y su corolario, la Estadística, con permiso de Remigio)

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