martes, 13 de noviembre de 2012

HAY FORMAS DE APRENDER...

Una distinguida autoridad del Estado contaba jocosa hace unos días, en la sobremesa de una comida cualquiera, el impacto que le produjo la asistencia a un concierto de la Banda de Guerra de la Legión, con motivo de no sé qué aniversario. Llegó el hombre al concierto, ocupó su asiento en las primeras filas junto al resto de autoridades, y cuando el director bajó la batuta sólo pudo contener la emoción que recorrió todo su cuerpo, como un escalofrío. Rossini, Mozart… Pocas veces había oído una interpretación más fiel, más medida, más sensible. Todos sus prejuicios, todas sus mofas previas, se desmoronaban ante el espectáculo inesperado de aquella maravilla. Al finalizar la primera parte del concierto, giró la cabeza para sincerarse con un alto mando de la Legión, que asistía al concierto en la butaca de al lado. “¡Sublime!”,  exclamó aún emocionado. A lo que el militar en cuestión contestó, con media sonrisa: “Son buenos, ¿verdad? Pues a base de hostias han aprendido...”

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