La saeta cuartelera, peculiar y
propia de una forma dialogada de cantar saetas en Puente Genil, tiene su
denominación porque se escenifica y canta en los cuarteles de semana santa.
Los cuarteles son viviendas
adaptadas para que grupos y asociaciones tengan un hábitat donde compartir
reuniones, comidas y celebraciones con motivos mananteros (de la semana santa).
Sus denominaciones vienen etiquetadas por la representación de sus figuras que
desfilan en las procesiones. Así, por ejemplo, estas Corporaciones Bíblicas se
llaman de las Autoridades Judaicas,
los Apóstoles, el Imperio Romano, los Profetas, los Levitas,
los Libertadores y Patriarcas de Israel,
los Evangelistas, los Siete Hermanos Macabeos, etc. Hay
cuarteles que aglutinan cientos de personas con una capacidad importante, otros
más pequeños donde se reúnen 20 ó 30 asociados. Lógicamente tienen sus
estatutos, sus tradiciones y mantienen un espacio donde se exponen las figuras
que han de vestir en las procesiones. Tienen a gala invitar a amigos y
conocidos especialmente en la comida del jueves santo. Hasta la fecha suelen
ser reuniones en las que no participan las mujeres. Están soportados por una
cocina con cocinero y algunos pinches para servir la mesa que procuran el mejor
menú posible para los días especiales de celebración. La mesa siempre está
servida por un buen vino de Puente Genil acompañada de aperitivos. Las
reuniones se celebran habitualmente los sábados de cuaresma y durante la semana
santa.
El canto de la saeta cuartelera empieza
cuando cualquiera de los asistentes arranca con el primero de los cuatro versos que la
componen. Le responde otro asistente, no importa desde qué sitio, con el
segundo verso. El tercer verso lo vuelve a cantar quien arrancó primero o bien
interviene una tercera persona y el cuarto verso es cantado por quien lo hizo
segundo o por cualquier otro. La saeta es fácil de interpretar por ser una
especie de salmodia sin grandes filigranas tónicas. Requiere más voluntad que
voz y no importa si por cansancio o por mala voz se rompe el “saetero” porque
enseguida habrá quien intervenga con el apoyo para remediar el entuerto. A
veces se utiliza para cortar alguna discusión que se tenga en las reuniones. La
dialogada saeta cuartelera suele ir acompañada de suaves palmadas huecas sobre
la mesa que marcan el ritmo. Las letras suelen ser sencillas y sumamente
populares. Se cantan de pie en el patio del cuartel, sentados a la mesa y son especialmente
emotivas las que son cantadas por la Agrupación de los Apóstoles el viernes
santo acompañando en el encierro a la Virgen de las Angustias y de la Soledad
por el antiguo barrio de la Isla con las luces apagadas.
Ejemplo de saeta cuartelera:
En el patio de Caifás,
cantó el gallo y dijo Pedro:
yo no conozco a ese hombre,
ni tampoco es mi Maestro
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