jueves, 5 de junio de 2014

Un buen colegui ...

 
Por si alguien puede y está interesado:
 

 
 


4 comentarios:

  1. El futuro es ya hoy, Vicente...Y casi empieza a ser ayer...
    Me gustaría ir a la caseta 42, pero uno propone y la geografía dispone..
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. !Santo cielo! Qué amigos tiene uno en la distancia temporal del recuerdo y qué cerca pueden estar en otros aspectos. Sea un buen reencuentro con los viejos conocidos. Un abrazo en la distancia de Sevilla.

    ResponderEliminar
  3. Alguien debería dar algún dato más para los vagos que quieren acceder al libro.

    ResponderEliminar
  4. Así comienza el artículo de González Faus sobre Hipocresías .Este es el vínculo que ha enviado Baena, por si alguno quiere leerlo completo. A mi juicio es interesante http://blogs.periodistadigital.com/miradas-cristianas.php/2014/06/04/p353225#more353225

    Es conocida la definición de Tanqueray: la hipocresía “un homenaje del vicio a la virtud”. La pobre virtud siempre maltratada, es homenajeada al final por los mismos que la pisotean. Como está lejos de nosotros y nos afecta menos, vale la pena evocar a toro pasado, cuántos homenajes de ese tipo recibió Nelson Mandela en la hora de su muerte. Triste pero a la vez aleccionador, si es que queremos aprender esas lecciones…

    Dejemos el triste espectáculo de su familia peleándose por el legado de Madiba, que le hubiera resultado más duro que los 27 años de cárcel. Miremos al presidente actual de Sudáfrica, con su vivienda de 14 millones y la prohibición a los periodistas de fotografiarla, algo que haría salir los colores a la cara del cadáver de Mandela. Recordemos a otro presidente que hizo discursos contra la incoherencia de muchos políticos allí presentes, sin mencionar siquiera que él había incumplido su promesa electoral de cerrar Guantánamo donde llevan años sin juicio presuntos terroristas, comprados a veces a buen precio al gobierno de Pakistán. ¿Qué autoridad moral tenía para hablar así? Si, como se dice, han sido los políticos de su país quienes le impidieron cumplir aquella promesa, debió haber denunciado entonces a esos políticos para no resultar él incoherente. En buena parte, los homenajes a Mandela fueron homenajes del vicio a la virtud y no del discípulo al maestro a quien se quiere seguir.

    ResponderEliminar

Gracias por opinar.