"No se trata de menudencias, sino de cuestiones radicales. La naturalidad con la que los políticos hablan de estas anormalidades (y los periodistas las recogemos, como si fueran aspectos secundarios de problemas principales y no lo contrario) recuerda al cuento de Kafka en el que los lectores vamos aprendiendo más y más sobre el funcionamiento de una máquina de tortura, su origen y su inventor, sin otro propósito que saber cómo funciona"
Nota del copista:
El copista recoge este párrafo del artículo de Soledad Gallego en "El País" de hoy, porque le parece que refleja muy bien la actitud de los políticos, de los periodistas y también de nosotros los ciudadanos, ante los graves problemas que en España y en el mundo estamos viviendo. Todos muy interesados, llenos de una admirable curiosidad por conocer el funcionamiento de la máquina de tortura kafkiana. Los ciudadanos de alguna forma aliviados, me parece, porque en los políticos hemos encontrado "nuestros grandes culpables" y "en todos sitios se cuecen habas" nuestra, en el mejor de los casos, obligada resignación ante lo inaceptable.
Italia, Brexit, Irlanda; la derechas de Francia y Alemania. Estos trazos gruesos apuntan a caladeros de problemas de cuya resolución dependemos, no es que dependan, no,dependemos. La máquina,podemos seguir estudiandola, pero sigue su marcha implacablemente.
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