martes, 12 de febrero de 2019

La gota que horada la piedra

La piedra no puede defenderse de la acción de los siglos. Los estados sí. Hay dos interrogantes: durante cuánto tiempo y cuál es la persistencia de la gota.

Hasta ahora la tendencia era la cuasi disolución de las fronteras estatales cuasi absorbidos en agregados más amplios. Al menos en Europa. Pero los nacionalismos vuelven por sus fueros contrarrestando ese impulso.

Pura testosterona patria: ni una sola bandera de la UE en la manifestación de Colón. El resto del mundo no existe: como si no fuera el Tribunal de Estrasburgo y la Corte Europea de Derechos Humanos la que ostenta la capacidad de bendición última y quizá definitiva.
Elecciones europeas en mayo. Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras, dijo Alfonso VI.

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