SILVIA AYUSO.
Argelès-Sur-Mer 16 FEB 2019
A estas alturas, hace 80 años el destino estaba ya trazado. Entre
el 28de enero y el 13 de febrero de 1939, unos 475.000 españoles,
hombres, mujeres y niños, cruzaron prácticamente con lo puesto la
frontera por los Pirineos catalanes huyendo del avance de las tropas
franquistas, en lo que se conocería como La Retirada.
Creyeron que en Francia encontrarían seguridad y dignidad. Se
equivocaron en lo uno y en lo otro. Las autoridades francesas no
ardían precisamente en deseos de acoger a los que consideraba
elementos incómodos cuando estaban ya en conversaciones con
el vencedor de la Guerra Civil, Francisco Franco. Y Francia tampoco
sería ese ansiado remanso de paz para quienes llevaban tres años
combatiendo: la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de estallar y
muchos de los recién llegados, agotados, derrotados en el más
equivocaron en lo uno y en lo otro. Las autoridades francesas no
ardían precisamente en deseos de acoger a los que consideraba
elementos incómodos cuando estaban ya en conversaciones con
el vencedor de la Guerra Civil, Francisco Franco. Y Francia tampoco
sería ese ansiado remanso de paz para quienes llevaban tres años
combatiendo: la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de estallar y
muchos de los recién llegados, agotados, derrotados en el más
profundo sentido de la palabra y a menudo heridos o enfermos,
acabarían viéndose involucrados en un nuevo conflicto.
acabarían viéndose involucrados en un nuevo conflicto.
(Leer más...)
ResponderEliminar“No reivindicaron
más privilegio que el morir
para que el aire fuera
más libre en las alturas
y más libres los hombres.
(….)
¿Quién podrá decir que murieron en vano?
Al cielo desgarrado y a la tierra desierta,
a los pueblos de España,
a Hervás, a Mula, a todas
las Islas Baleares,
a Mendavía, Viñuelas,
Ambrán, La Almunia,
Torrecampe, Tembleque.
Le devuelvo el nombre de sus hijos:
Félix
Belloso Colmenar, Patricio
Roda, Gabriel Reynes o Gaby, Victoriano Ursúa, Pablo Fernández,
Avelino Escudero,
Paulino Fontava,
Florián Andújar,
Manuel Corps Moraleda.
Otros duermen quizá
bajo una cruz desnuda, lejos
de su país, de su memoria, allá
donde todos los muertos son
un sólo cuerpo ardiente:
carne nuestra, palabra,
historia nuestra que ignoramos,
sangre sonora de la libertad”.
(Angel Valente, a los republicanos españoles que murieron en la batalla de Glières, Alta Saboya francesa, luchando junto con los resistentes franceses, por la libertad de Francia y de Europa)
(Me permito publicar el comentario de Mariano por email porque creo que se merece la pena hacerlo extensivo)
ResponderEliminarGracias Paco. Por fin he podido abrir el documento y leerlo esta mañana. Me ha impresionado mucho. Sobre todo por la ignorancia que me hace reconocer en mi conocimiento de la historia.
Para los que somos hijos de los vencedores nos ha sido muy difícil y a veces costoso tener que reconocer muchas cosas. Considero que soy de los que tomó conciencia en su día de la tragedia que fue la guerra civil. Dejó de ser para mí un canto de victoria y mucho menos Cruzada.
Tuve un conocimiento-reflexión personal sobre el tema que me hizo sentirme en la oblligación de cambiar de bando, y tuve contacto con gente que en aquellos momentos cercanos a la transición representaba la oposición al régimen. Por esos contactos acabé yendo a Riotinto donde tras la experiencia de la mili conocí la profunda herida que había en los vencidos. Allí comenzó el conocimiento de la realidad que no vino sino cuando conviví con gente que había sufrido y seguía padeciendo la represión del estado franquista. Conocí en Nerva a la madre de Quini, que fue arrastrada y cortada el pelo al cero...... en Attac-Sevilla a Maruja (el apellido no lo recuerdo) cuando tomé conciencia (2004 más o menos) de lo que fue el "Canal de los presos"; etc. etc.
Tu documento me hace reconocer que mi ignorancia sigue siendo enorme y me anima a tener que seguir promoviendo la necesidad de la Memoría Histórica por más que les duela a muchos, incluso muy cercanos. Ya no hay odio, por más que algunos quieran hacerlo revivir interesadamente, pero si obligación moral del reconocimiento de quienes fueron durante cuarenta años perseguidos y durante otros cuarenta años sin ser reconocidos.
Un fuerte abrazo
Mariano