miércoles, 15 de octubre de 2014

Fenomenología del séptimo sueño.

1. Encuadre y encaje.

“Una biblioteca es un lugar donde Ud. puede perder la inocencia sin perder la virginidad”. (Germaine Greer).

“Precisamente yo, que debía saber que los libros solo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido”. (ZWEIG, Stefan, Mendel el de los libros, Acantilado, Quaderns Crema S.A.U., Barcelona, 2013, sexta reimpresión, pág. 57).
 
Eduardo Ferrer

2 comentarios:

  1. Quizá hayas escrito, Eduardo, este Séptimo Sueño con parecido espíritu al de Bergman cuando escribió y dirigió su obra El Séptimo Sello, que pronto se convertiría en obra maestra del cine universal. Y digo esto por un doble motivo: porque se percibe que, lejos de ser un sueño, debías estar bien despierto cuando ibas transcribiendo esa ficción tan sentida y vívida de la soledad del escritor cuando se enfrenta a la pantalla en blanco; y en segundo lugar, por esa bruma de soledad, vacío y expectación que, por haberlos tú sentido a fondo, sabes transmitir de forma tan magnífica.

    Es una labor ardua, dolorosa aunque gratificante plasmar de forma atractiva, intrigante unas opiniones políticas que además son históricas. Generas curiosidad, mantienes el deseo de abrir el sobre-sorpresa (pero, esto ¿de qué va?) y, cuando por fin lo descubres, como que chascas los dedos diciendo para tus adentros: bueno, así que iba de “eso”. Este era el marco elegido para engarzar la idea, para ganar la apuesta en definitiva, para de paso contárnoslo e interesar nuestra reflexión.

    Me ha gustado. Te felicito, pues, de forma cercana, amistosa, sincera. Tómate si quieres un descanso pero creo que deberías seguir cultivando este arte. El arte de escribir: te lo agradecerías a ti mismo y nosotros te estaríamos agradecidos. También. No lo dudes.

    Aprovecho este mismo Comentario para expresar mi satisfación, orgullo podría incluso añadir, por el nivel y el tono de todos los escritos que en este nuestro blog se vienen publicando.

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  2. Tras las reflexiones de Amador..... no queda más que decir que ¡gracias! porque recordar el silencio de las bibliotecas y la compañía de los libros es algo que a veces olvidamos. Y encima se puede recordar que se puede perder la inociencia sin perder la virginidad. Creo que yo perdí la inocencia leyendo "Doña Perfecta", "Cañas y barro" y "La vuelta al mundo de un novelista"; la virginidad es otro cantar.

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