miércoles, 28 de enero de 2015

Atocha


Alejandro Ruiz-Huerta iba para cura, pero terminó defendiendo a trabajadores y presos políticos. Superviviente del atentado ultra, dejó la abogacía y ahora ejerce de profesor en Córdoba


Alejandro Ruiz-Huerta, presidente de la Fundación Abogados de Atocha.

 Año y medio en la Compañía de Jesús. Un joven débil e influenciable. Iba para cura. “Las catequesis de los jesuitas en los poblados chabolistas me valieron para darme cuenta de la existencia de dos mundos”. En el seminario de Aranjuez, la fe se resintió y pidió ayuda al padre Alarcón. Tiempo de silencio y disciplina. “Me fui porque vi que no era mi camino”. La lucha era posible en otras trincheras. “Luego dejé de ser católico y cristiano. No fue una ruptura atea, sino una reflexión que duró años: no tenía sentido colaborar con una Iglesia que perjudicada a mucha gente”. 

Deja los bufetes profesionales por los laboralistas con el objetivo de defender a trabajadores y presos políticos, “porque era consciente de las desigualdades en la sociedad”. Trabaja, junto al también abogado Luis Javier Benavides, en los barrios obreros de Vallecas y Hortaleza antes de entrar en el despacho de Atocha. Allí irrumpe un comando ultra y mata a cinco compañeros el 24 de enero de 1977. A él le salva un Inoxcrom que lleva en la camisa y atenúa una bala directa a su esternón. Escudado bajo el cuerpo de un compañero, recibe cuatro tiros más en su pierna derecha. Lo dan por muerto.

12 comentarios:

  1. No conocí a Alejandro pero sí al abogado Javier Benavides, fue alumno mío de filosofía en el Recuerdo, de Chamartín. Un trasto, muy pícaro. Me llevaba bien con él. Aquel fue nuestro Charlie Hebdo/kosher.

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    1. Tiempo de esperanza. De personas que dejaron lo mejor de ellas mismas en una lucha que fue muy dura.
      Ay! Memoria usurera de una sociedad (la nuestra), gravemente enferma.

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  2. Conozco a uno de los que se salvó por avatares de la vida. "Gravemente enferma", "recortada" (no ajustada), disgregada, ¿desnortada?, etc. Niego el darwinismo social, por supuesto, pero sí parece cierto que la historia nos puede ayudar a entender nuestra sociedad. No creo que la historia se repite, pero sí que nos puede aportar claves de comprensión de la situación y claves de salida. De los asesinatos de Atocha, y de esos años, sí podemos aprender que las venganzas, aunque sean de la mano del estado, no solucionan nada; el entierro masivo y silencioso, pacífico pero tenso, de los asesinados de Atocha fue, recordado hoy, la mejor defensa de la libertad y de la solidaridad.

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    1. Por todas las razones que dices y por algunas más, creo que la "memoria usurera" aplicada a nuestra historia reciente es un lastre enorme para nuestro presente y nuestro futuro. Tan grave, si no más, que la actual crisis económica.
      Me temo que "la casta" sirva para eludir nuestra propia responsabilidad. De nuevo aparecen dos espacios radicalmente diferentes: los buenos y los malos. Los puros y los impuros. Los santos y los pecadores. Los rojos y los azules....
      Por supuesto que la casta existe, por supuesto que no todos tenemos la misma responsabilidad, por supuesto que un delito es un delito lo cometa quien lo cometa...
      Pero en algún momento tendremos que preguntarnos qué hacíamos mientras se preparaba todo este desastre....y reconocer que el problema no es y no ha sido solamente político y de los políticos..Que nosotros, como sociedad, tenemos también que responder a preguntas incómodas y, sin duda, desagradables.

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  3. De acuerdo, Paco. Pero esas preguntas y respuestas tienen que dar salida; contemplar el pasado sin aceptar que hoy, nuestro hoy, es otro distinto, y la salida tiene que ver no con la "usura" de la memoria, sino con la generosidad de hoy y de mañana.

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  4. Aunque no es mía la frase, creo que viene bien; casi como una brújula. "Siempre hay otras opciones".

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    1. La generosidad de hoy y de mañana es lo contrario de la "memoria usurera", de los intereses particulares que se oponen al interés general, de las ficciones y mentiras que nos alejan de la realidad, la nuestra, con sus luces y sus sombras. Llevas razón: la generosidad es la clave o una de las claves necesarias para encontrar la salida.

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  5. http://www.eldiario.es/andalucia/Joaquin-Urias-Podemos-secretaria-Sevilla_0_347165610.html
    Nos muestra que lo nuevo es no solo necesario sino que tiene que sustituir a lo viejo; pero seguirá sin embargo impregnado de lo "viejo", porque la Humanidad es vieja y avanza a trompìcones.
    Estoy con podemos pero siento las embestidas de la psicología del poder con su tendencia a la "casta" y son detalles que...... abren la puerta a...... y las consecuencias suelen venir luego a largo plazo.
    Pero es lo nuevo que viene y los jóvenes que vienen tienen que sentir también el apoyo de los viejos que no estamos conformes con lo que hay.

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  6. Añado que no recuerdo a Alejandro en Aranjuez pero sí que hay que recordar lo que también los viejos de ahora aportamos en el pasado. Al fin y al cabo también España cambió aunque no fuera tanto y como nosotros hubiéramos querido; es que siempre existen también los otros, GAD que decían los reviejos de nuestro tiempo pasado.
    (GAD: gracias a dios)

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    1. De acuerdo, Mariano. Y hay que recordar con una "memoria generosa" que permita a cada uno ocupar su sitio, sin usurpaciones. Estoy convencido que no se puede construir nada consistente, desde el olvido o desde la manipulación de los hechos.

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  7. Fallece la abogada laboralista Dolores G Ruiz. Superviviente de la matanza de Atocha, conocida de Eduardo. Exnovia de Enrique Ruano, asesinado por la policía franquista.

    D.e.p.

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    1. A Lola la conocí cuando era compañera de Enrique. Guardo dos imágenes suyas. Una, en el desaparecido café Lyon. En plena juventud todavía. La última, en Santander, al comienzo de los 80, después del atentado de Atocha donde mataron también a Javier Sauquillo. Luego, supe que había vuelto a Madrid, pero no tuve más noticias suyas. Espero y deseo que, a pesar de los pesares, la vida le haya ofrecido momentos de alegría, de felicidad, de amistad y de amor.
      D.e.p.

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