Queridos compatriotas griegos.
Durante los últimos seis meses, el Gobierno
griego ha estado presentado batalla en mitad de unas condiciones creadas por
una asfixia económica sin precedentes para poner en práctica nuestro mandato
del 25 de enero [fecha de las últimas elecciones griegas]. Fue un mandato para
negociar con nuestros socios con la misión de poner fin a la austeridad y
restaurar la prosperidad y la justicia social en nuestro país.
El objetivo era conseguir un acuerdo viable
que respetara tanto la democracia como las normas europeas y condujera a una
salida definitiva de la crisis. En todo este periodo de negociaciones, nos
pidieron que adoptáramos los acuerdos de rescate que habían sido acordados con
anteriores gobiernos, a pesar de que habían sido condenados de forma rotunda
por el pueblo griego en las recientes elecciones.
Pero nosotros, ni por un momento,
contemplamos ceder. Eso hubiera sido lo mismo que traicionar vuestra confianza.
Después de cinco meses de duras
negociaciones, nuestros socios presentaron desgraciadamente en el Eurogrupo
antes de ayer una propuesta, un ultimátum a la República Helena y el pueblo
griego.
Es un ultimátum que contraviene los
principios fundadores y los valores de Europa, el valor de nuestra estructura
común europea.
Se pidió al Gobierno griego que aceptara una
propuesta que suma nuevas cargas insoportables al pueblo griego y socava la
recuperación de la sociedad griega y de su economía, no sólo manteniendo la
incertidumbre, sino llevando aún más lejos los desequilibros sociales.
Las propuestas de las instituciones incluyen
medidas que llevarían a una mayor fragmentación del mercado laboral, recortes
de pensiones, nuevas reducciones en los salarios del sector público y un
aumento del IVA en alimentos, restaurantes y turismo, con la eliminación de las
deducciones fiscales en las islas.
Estas propuestas claramente violan las
normas sociales europeas y el derecho fundamental al trabajo, la igualdad y la
dignidad, dado que el objetivo de algunos socios e instituciones no era
conseguir un acuerdo viable y beneficioso para ambas partes, sino la
humillación de todo el pueblo griego.
Estas propuestas ponen en evidencia la
fijación, especialmente del Fondo Monetario Internacional, en una austeridad
dura y de castigo.
Ahora es más necesario que nunca que las
principales fuerzas europeas den un paso al frente y tomen iniciativas con las
que trazar una línea firme en relación a la deuda griega, en una crisis que
también afecta a otros países europeos y que amenaza el futuro de la unidad europea.
Queridos compatriotas griegos. Asumimos hoy
una responsabilidad histórica en favor de las luchas del pueblo helénico y de
la protección de la democracia y de nuestra soberanía nacional. Es una
responsabilidad ante el futuro del país. Y esa responsabilidad nos obliga a
responder a este ultimátum con la voluntad del pueblo griego.
Hace unos momentos, he reunido al Gobierno
al que he propuesto la celebración de un referéndum para que el pueblo griego
decida de forma soberana. La sugerencia ha sido aceptada de forma unánime.
Mañana (por este sábado) el pleno del
Parlamento griego se reunirá para ratificar la propuesta del Gobierno de un
referéndum el próximo domingo 5 de julio, con la pregunta de si acepta o
rechaza la propuesta de las instituciones [europeas].
Ya he comunicado mi decisión al presidente
de Francia, a la canciller de Alemania y al presidente del BCE. Mañana (por
este sábado) pediré formalmente a los líderes e instituciones de la UE una
extensión de unos pocos días del programa [de rescate] para que el pueblo
griego pueda decidir, sin presiones ni coerciones, como dicta la Constitución
de nuestro país y la tradición democrática de Europa.
Queridos compatriotas griegos, ante este
ultimátum y chantaje, os convoco para que decidáis de forma soberana y con
orgullo, como dicta la historia de Grecia, sobre la aceptación de esta
[propuesta de] austeridad estricta y humillante, que no ofrece ningún fin a la
vista ni opción que nos permita recuperarnos social y económicamente.
Ante esta dura austeridad autocrática,
debemos responder con democracia, serenidad y determinación.
Grecia, el crisol de la democracia, debe
enviar un claro mensaje democrático a Europa y la comunidad internacional.
Estoy personalmente comprometido a que se
respete el resultado de vuestra voluntad democrática, sea la que sea.
Estoy completamente seguro de que vuestra
elección estará a la altura de la historia de nuestro país y enviará un mensaje
de dignidad a todo el mundo.
En estos momentos cruciales, todos debemos
recordar que Europa es el hogar común de sus pueblos. No hay dueños ni
invitados en Europa.
Grecia es y continuará siendo una parte
indispensable de Europa, y Europa será una parte indispensable de Grecia. Pero
Grecia sin democracia sería una Europa sin identidad ni dirección.
Os convoco para que toméis las decisiones
que se esperan de nosotros.
Por nosotros, por las generaciones futuras y
por la historia de los griegos.
Por la soberanía y la dignidad de nuestro
pueblo.