NO PONGAS LAS MANOS SOBRE EL PSOE
¡Qué comentario más oportuno para la situación actual! Pero al
mismo tiempo, ¡Qué comentario más olvidadizo de la historia reciente de un
partido que como señala tiene 136 años de historia.
Mi análisis lo sitúo bajo la perspectiva de una distinción
importante entre dos conceptos que todos los partidos tienen:
-
Identidad, que solemos representar como una “ideología”
o “esencia” que caracteriza a dicho partido de manera indisoluble, permanente y
que orienta toda su acción político-social. En este sentido hasta ahora suelen definirse
los partidos como “partidos de izquierdas” o “partidos de derechas” y, para
cuando conviene, “partidos de Centro”; siendo esta última identidad algo
acomodaticio a las condiciones de presentación según la coyuntura histórica y conveniencia
electoral.
-
Cartel de figuración: que viene a equivaler a un
nombre, unas siglas, un cartel que, en principio, dicen que representa la identidad
predicada.
Dicho lo anterior pasemos a analizar el artículo de referencia
que coloca al PSOE en la situación en la que “todos quieren ponerle las manos
encima”….
Cuestión 1: ¿Encima de qué? ¿De su identidad? ¿De su espacio
electoral? ¿De su militancia real? Si he entendido bien a los autores del artículo
les parece que lo que pretenden es poner la mano sobre la “identidad inmaculada
del PSOE a lo largo de 132 años de historia". Lo que me parece que tiene mucho
que comentar para poder afirmar una cosa así. ¿Es la misma la identidad del
PSOE de hace 132 años que la identidad del PSOE de Felipe González y la
identidad del PSOE actual?
Cuestión 2: ¿Para qué? Si he entendido bien a los autores
del artículo unos quieren poner las manos encima “por el bien de España”. Otros
por el “bien de la izquierda”.
También hay mucho que comentar, pero parece que en ambos
casos, según interpreto el sentido del artículo ambos con la consecuencia de
una falta de “respeto al PSOE”.
Mi pregunta incómoda: ¿Falta de respeto a la identidad? O ¿falta
de respeto al cartel de figuración de las siglas?
A mis queridos amigos del PSOE, y lo digo con sentimiento,
les hago esta pregunta que me sugiere el artículo, puesto que los autores del
artículo no dicen nada al respecto.
No seré yo quien les de la respuesta pues no soy nadie para
eso. Esa respuesta se la tiene que responder la militancia del PSOE, que no los
votantes, que para eso ya han votado.
Pero me sitúo en la época de la transición. Gloriosa transición
sin duda alguna para el PSOE por sus consecuencias políticas y sociales inmediatas
como fue el PSOE que rompió la identidad, que no el cartel, del PSOE histórico
de Llopis, convirtiéndose en el PSOE de Felipe González.
El franquismo en esa época se transformó por la mano de
Suarez en UCD y fue devorado por sus
propios “barones” que ya no eran franquistas convirtiéndose en CDS que fue, a
su vez, devorado por el PSOE de Felipe González.
Lo que viene a decir, que las identidades y las siglas valen
poco cuando de lo que se trata de verdad es la sociedad española, los
ciudadanos que manifiestan la voluntad de cambio. Y cuando eso ocurre lo que
tienen que hacer los políticos es “cambiar”. Y para eso no conviene mirar hacia
atrás hacia identidades o siglas, sino a lo que está pasando en el seno de la
sociedad española.
Así que mi propuesta a todos los políticos en la situación
actual sería: “METAN MANO EN EL PSOE” y donde haga falta.
PRIMERO los propios militantes haciendo valer ante la cúpula
y barones del partido las decisiones que se han tomado en las primarias. No dejen
que ocurra lo que ha ocurrido en otras primarias que cúpula y barones corrijan el
resultado que no les gusta.
SEGUNDO todas las demás fuerzas que vean lo que la sociedad
demanda y menos las etiquetas de “identidades”, “siglas” etc. Si tienen que
cambiar las siglas es mejor que cambien que no que figuren sin significado
alguno.
Todo menos achicopalarse ante las dificultades o acomodarse a “intereses” espúreos.
Nota marginal: ¿Tienen significado actualmente las siglas de Socialista y Obrero en PSOE? Pero si el PSOE las quiere conservar
benditas sean si son capaces de hacerlas valer en un proyecto de gobierno de
España aunque sea matizadas mediante pactos con otras fuerzas políticas para
salvar la coyuntura en la que nos encontramos.