CLAUDI
PÉREZ
Bruselas
Un país
federal que habla varias lenguas oficiales y parece siempre a un paso de
romperse. Un Estado amenazado por el eterno conflicto entre dos
culturas opuestas y por lo tanto complementarias. Que ganó prosperidad con la
colonización salvaje de países lejanos. Cuyo rey se llama Felipe. Apasionado
por la comida, la cerveza y el fútbol. Y que tiene los atascos más infernales
de Europa: no, Bélgica no es España, aunque a menudo se le parece. Entre 2010 y
2011, Bélgica superó a Camboya y logró la marca mundial de país sin Gobierno: 541 días de parálisis, un año y medio de una inestabilidad
teóricamente devastadora. Teóricamente, porque en realidad le fue
bastante bien: la economía y la sociedad siguieron adelante y tuvieron un
comportamiento equiparable al de sus vecinos europeos. El crecimiento, el
desempleo y las cuentas públicas evolucionaron incluso mejor que la media de la
eurozona, y mucho mejor que las de la España de José Luis Rodríguez Zapatero y
después la de Mariano Rajoy.La vida sigue sin Gobierno: Bélgica creció más del
2% entre las elecciones de junio de 2010 y el 6 de diciembre de 2011, el día en
que el socialdemócrata Elio Di Rupo se convirtió en primer ministro; España
perdió PIB y la eurozona creció por debajo del 2% en el mismo periodo. El paro
belga bajó en ese año y medio, mientras aumentaba en la zona euro y se
disparaba por encima del 20% en España. La comparación más razonable es con la
vecina Holanda: presentó también peores números que Bélgica en esas fechas.
La política económica es
un género literario disfrazado de ciencia: en economía no hay leyes
impepinables como la de la gravedad. Y desde luego tampoco las hay en política,
a pesar de la Comisión Europea (“los riesgos políticos que se derivan de la
difícil formación de Gobierno en España pueden suponer una pérdida de
confianza y un deterioro del sentimiento del mercado”). Bélgica, que
alberga a la Comisión Europea y a sus advertencias sobre la falta de
estabilidad, fue capaz de sobrevivir medio millar de días sin Gobierno y no fue
asolada por ese aire de plaga de úlceras que predice el Ejecutivo
comunitario"
(El País, 29/12/16)
Nóos lo vais a de creer: la justicia sigue funcionando. A Trancas y Barrancas —i.e., a trancazos y por barrancos—, pero ahí vamos. Nóes de aplicación a la infanta la doctrina Botín-Tintín por el caso Nóos (al parecer ni siquiera adolescenta). Y anda que llamarle a eso 'doctrina' hay que echarle moral; ética desde luego que no.
ResponderEliminarY todo eyo sin gobierno ! Toma lla !!
Qué técnica la tuya!!
EliminarCasi parece magia...Gracias!!
Siempre Noos sorprede....
Noos...
Al final de la partida, será paloma o será conejo...?
Continuará...!!
Si a un corte aquí, un corte allá se le puede llamar técnica, transeat totum.
Eliminar¡Magia!, y qué es la 'vie' sin ella para los que tanto la amamos. Lo que ni los mejores magos saben es qué saldrá por fin de esa chistera, si paloma o conejo (a mí me gustan más los conejos, no lo puedo evitar).