¨El problema catalán es, y lo quiero decir desde aquí, un problema europeo. Y Europa no podrá mirar hacia otro lado. Europa tiene que ser parte de la solución. Por coherencia y por los principios democráticos que la inspiran”, ha dicho el Presidente Carles Puigdemont en la conferencia del Parlamento europeo, compartida con el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva.
En el acto de ayer en el Parlamento Europeo, escuché con especial atención el discurso del Presidente de la Generalitat en catalán, francés e inglés. Algunos puntos me parecieron de interés. Son conocidos, pero expresados por el Presidente en Bruselas, quizás merezca la pena subrayarlos:
1.- El hecho desencadenante de la situación política actual en Cataluña ha sido el recurso del PP al Tribunal Constitucional del Estatuto, aprobado por los Parlamentos catalán y español
2.- La negativa del gobierno del PP a negociar una salida política al problema y limitarse a judicializarlo y penalizarlo.
3.- El Presidente no contempla ningún escenario fuera de la UE y de la aceptación de la legislación europea
4.-La Generalitat tiene voluntad de negociar con el Gobierno español las posibles fechas y la forma del referendum.
Calculo que la asistencia fue de unas 500 personas, en una sala con capacidad para 350 sentadas.
Al final de la intervención, sin debate ni posibilidad de preguntas, un largo aplauso y la mayoría de la sala en pie.
Yo me quedé sentado con la pequeña minoría, pero aplaudí educadamente, agradecido por tener la ocasión de conocer en directo la postura del Presidente de la Generalitat, aunque eché de menos el debate.
La postura del Presidente, estoy convencido, mantiene márgenes suficientes, todavía hoy, para negociar una salida política al problema catalán que defienda el interés general. Si se deja pasar más tiempo, posiblemente los márgenes desaparezcan. Pero el PP tendrá una gran responsabilidad. La mayor, en mi opinión. El Psoe no podrá eludir la suya y los partidos catalanes no serán tampoco inocentes, ante un posible conflicto en Cataluña.
Nunca ha tenido sentido mirar de lado a la cuestión catalana, y menos olvidarla, y peor dejarla pudrir en los juzgados. No sé que piensan de la historia de su país otros nacionales, pero, desde mi punto de vista, hemos tenido mala suerte, si es que existe la suerte en estos asuntos, con los gobernantes que nos ha ido tocando en nuestra historia. Los vascos, por lo del cupo y el final de ETA, han elegido otro camino; los catalanes nunca han dejado de tirar cabos para ver si los gobiernos se enganchan.
ResponderEliminarSalida política es la cuestión, que mucha gente de la calle interpreta como poner más dinero sobre la mesa. Otras autonomías verían en ello agravio comparativo, Andalucía con bastante probabilidad una de las primeras porque esa bandera cosecharía votos. Puigdemont puede que tenga margen, Rajoy lo dudo; pienso que ni lo quiere, sería jugársela y no veo qué pueda ganar. Seguirá corriendo el reloj y no me atrevo a pensar lo que nos depara el calendario.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Si nadie se mueve, el calendario nos depara con certeza una catástrofe.
EliminarEs sorprendente que casi todos los focos de la llamada sociedad civil española se centren en los independentistas catalanes y dejen en la penumbra o en la obscuridad a quienes deben asumir la mayor responsabilidad en este desastre.
Las universidades, fundaciones, institutos, asociaciones, colegios profesionales, ateneos, círculos...no tienen nada que decir? Quisieran decir pero no tienen medios? Los periodistas han perdido, renunciado, vendido su libertad de expresión? No se puede hacer nada, solamente esperar el choque inevitable entre Cataluña y el Gobierno de Rajoy? Las esperanzas, esfuerzos, sacrificios heroicos de tantas personas, para nada, para resignarse ante lo inaceptable.....?Virgencita, virgencita que me quede como estoy?
En fin, perplejo y en la perplejidad. Espero que transitoriamente....
El problema grave en Cataluña lo veo sobre todo en que se está transmitiendo a la población que se pueda alcanzar la independencia por encima de "La Ley". Como si la "política" fuera algo que pueda estar por encima de la Ley. Eso es volver a sembrar la instancia suprema por encima de todo, bien sea Dios, el Rey, la Raza, el Dinero, Cataluña o lo que sea. Sin ley no hay siquiera posibilidad de política y no queda más que el recurso de la fuerza bruta.
ResponderEliminarEl que Rajoy no sepa valorar el peligro que esa deriva tiene y de lugar a que los propios políticos queden superados por las masas que reclaman libertad sin soporte de ley, es tan grave como el hecho de que esto de lugar a que surja una "España" también por encima de la ley.
Entonces es cuando, como ya decían los clásicos aparece el "salvador".