martes, 5 de noviembre de 2013

MINKANDÁ, Cap XX (clip 2:36,58)


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Tengo para mí que cualquier elección deja fuera una o más posibilidades. Cuando los congoleses 'eligieron' ndoki prescindieron de cosas como por ejemplo los bancos. Ahora quieren cambiar su sopa por la nuestra.
Alguno sí hay pero puede decirse que la sociedad civil en general carece de ellos. Si reúnes un poco de dinerito (1), entonces tienes un problema, amigo. A ver cómo lo solventas.
Tus parientes se enteran y te visitan enseguida. Felicidades, oye. Hay que celebrarlo comiendo, bebiendo, cantando. Pagas tú, que para eso tienes dinerito y además te pedimos un poco, no mucho. Ah, pero yo les digo que no puedo, ni siquiera prestado: tengo planes para invertir en un buen negocio.
Cuidado, amigo, corres peligro. Si en represalia te echan mal de ojo -ndoki- vas arreglado, te va a pasar algo. Primero te la montan de aviso. Luego la cosa se pondrá peor. Me refirieron casos hasta de muerte por envenenamiento. El fallecimiento de mi mujer era un caso de ndoki. Pero de manual, vamos. Averigua quién, me decían.
La cultura animista atribuye cierto tipo de vida y poder a los objetos de la naturaleza. Existen espíritus que animan todas las cosas. Los obispos también lo creen.

Esto se usa como coartada: no han sido ellos los causantes de tus males, los espíritus lo fueron. A veces se reúne el clan familiar durante interminables horas -o días- para dilucidar la/s causa/s de por qué el primo fulanito ha contraído la polio o el sida. O se ha roto una pierna. Todo, todo tiene un porqué. Hay que averiguarlo, pues detrás está el ndoki. A ver cómo salimos de esta. Entonces tú, que conoces esta mecánica, les das un poco de dinerito no vaya a ser que te caiga el mundo encima.
Tanto ahorro vas soltando que cuando te quieres dar cuenta se evaporan tus dineritos. Adiós negocios, desarrollo, planes de futuro. Los parientes y amigos íntimos vuelven a sus cercanos o lejanos quehaceres, o sea, a holgar. Para trabajar están ellas. Si se les tercia cazan o pescan. Así que bancos para guardar qué.
Nuestras sociedades del norte no 'elegimos' el ndoki. Eso se quedó fuera pero sí que 'elegimos' la banca por ejemplo. Vivimos inmersos en una ácida, espesa sopa bancaria, rodeados de sucursales por el N, el S, el E y el O. Por tierra, mar y aire. Cada aldea, barrio o esquina. Todos ahora con su deudita incorporada que vamos pagando entre todos con la mejor buena voluntad (!).
Nos va diferente. Somos, no sé cómo diría yo: otra cosa más civilizada, más desarrollada. Progresista, sí, nos va bonito. Ellos nos admiran, nos envidian. El 80 % de ellos daría cualquier cosa por subirse al norte y cambiar de sopa.
(1) Reunir dinerito: pero no a base de sueldos. La insignificante minoría que trabaja lo hace por unos 12 €/mes cuando los cobra. Con ese dinerito en el bolsillo se les plantean grandes dilemas. Por ej., comprar un saco de mandioca (el alimento básico para toda la familia para todo el mes) o una pastilla de jabón: y punto ... final!

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