sábado, 16 de noviembre de 2013

MINKANDÁ, cap XXII (clip 1:15,33)


Tengo para mí que a falta de dos Minkandá no se puede quedar en el tintero  el alma más profunda de este pueblo: Nzámbe, Dios en lingala. La auténtica Civitas Dei.

Nadie -pero cuando escribo nadie, es nadie- puede imaginar en ambos Congos  que algún humano dé la espalda a la realidad de la existencia divina. Se dirigen a Él con el Tata wa biso yo ozalí na likolo: Padre nuestro, que anda que Tú sí que estás en el cielo y no nosotros, que ya nos ves aquí adónde estamos, en los mismísimos antípodas. ¡Pero míranos, Padre, míranos ya de una vez, cómo estamos y cómo nos tienen estos hijos de  p...!

Nota sobre la marcha.- Me perdonan ustedes esta licencia de traducción algo libre del Padrenuestro adaptada a las circunstancias, los tiempos que corrían y corren aquí lo mismo que en el espacio africano: es para ganarle un poco de realismo al relato.

Bajo qué confesión importa menos. Hasta el más tonto hace un botijo pues existen sectas sin número. Casi todos los obispos han fundado una congregación religiosa con sus ritos, tabúes, vestimentas y sobre todo bailes. Mucho baile -hei, hei, hei!- mucho ritmo -hou, hou, hou!- (por Dios vivo que no te falte eso: si te falta ... fracasas; estoy en condiciones de asegurártelo).

Echa 'espíritus' al cóctel sin miedo, no seas tímido. ¿Te falta todavía algo? Sí, lo principal, un toque de magia. Es imprescindible así que tú verás cómo te apañas. Tampoco es tan difícil, no te desanimes. Jesucristo: oh, ese sí que era el rey de la magia, el rey del ndoki bueno. El mejor mago de todos. Qué diferencia abismal. Oraciones, cánticos en latín no te cuento: como no entienden ni papa esa sí es magia de la buena. Uf!, grandioso, derroche de magia!

Va un ejemplo. La joven Mamá Allelluia habla con los espíritus. Espíritu de vivo a 3.000 CFA y de muerto a 5.000, que equivale al sueldo de un mes. Quien lo tenga (nadie). Los fines de semana yo dormía arrullado por cientos de aleluyas del Saturday Night Fever que montaba la señora a escasos 50 metros de mi almohada: mucho tam-tam, ritmo ... y francos CFA.

Cuando alguien fallece, exequias de una semana. Cánticos, bailes, oraciones, tam-tam  y cerveza sin que la noche los interrumpa. Nadie sabe cuándo termina un baile y empieza una oración. Ni si el cántico es profano o la cerveza divina. Todo lo mismo, todo divino: Nzámbe.

En las ciudades -no digamos en la capital- más refinados. Circula más dinero y se nota. Grupos de 'mamás' creyentes (todas) se ponen de acuerdo. No es fácil pero compran 50, 150 metros de tela igual y se confeccionan un liputa, un vestido largo. Mismo modelo para todas, increíble pero cierto.

Qué estilo, qué tan vistosas resultan tocadas ellas con sus boinas y pañuelos. Lo puedes comprobar aquí sin ir más lejos:
 
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