Entre 1793 y 1808 los ex colonos británicos, que ya eran más de cuatro millones, alcanzaron una prosperidad extraordinaria, superior a la británica, pero repartida según el patrón de desigualdad europeo: aproximadamente el 20 por ciento de los estadounidenses poseía el 80 por ciento de todos los bienes y el 1 o 2 por ciento en la cúspide el 50 por ciento.
(Pontón, Gonzalo, La lucha por la desigualdad, Pasado y Presente, Barcelona, 2016, pág. 362).
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