miércoles, 8 de marzo de 2017

W. Churchill (II)


Cuando Chamberlain, el Primer Ministro, al volver de Munich era aclamado por la multitud y en el Parlamento como El Salvador de La Paz y  Checoslovaquia obligada a satisfacer los deseos de Hitler, Churchill no dudó en levantar su voz, en una gran soledad, para gritar su desacuerdo:

“Lo máximo que ha sido capaz de lograr… [le interrumpe gran parte de la cámara, gritando “es la paz”](…) Lo máximo que ha sido capaz de conseguir para Checoslovaquia y en las cuestiones sobre las cuales todavía no se había llegado a ningún acuerdo ha sido que el dictador alemán, en lugar de agarrar la comida de la mesa, se conformase con hacer que se los sirvieran plato por plato (…) No puede existir nunca la certeza de que habrá una lucha, si una de las partes está decidida a ceder por completo (…) Después de la toma de Austria, en marzo, nos enfrentamos a ese problema en nuestros debates. Me aventuré a pedir al gobierno que fuera un poco más allá de lo que había ido el primer ministro y prometiera que, junto con Francia y otras potencias, garantizaría la seguridad de Checoslovaquia (…) No creo que sea justo acusar a los que deseaban que se siguiera ese camino (…) de haber deseado una guerra inmediata. Entre la sumisión y la guerra inmediata, había una tercera alternativa, que daba una esperanza no sólo de paz, sino también de justicia (…)

Se acabó todo. En silencio, triste, abandonada, destrozada, Checoslovaquia se hunde en la oscuridad (…)
La responsabilidad debe recaer en los que ejercen un control indiscutible sobre nuestros asuntos políticos, que ni evitaron que Alemania se rearmara, ni se rearmaron a su vez a tiempo (…) La hora de la verdad no ha hecho más que comenzar. Esto no es más que el primer sorbo, el primer anticipo de una copa amarga que nos ofrecerán año tras año, a menos que, mediante una recuperación suprema de la salud moral, volvamos a levantarnos y a adoptar nuestra posición a favor de la libertad, como en los viejos tiempos”.
 
Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra”.

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