Dos amigas. Mayores. Están
tomando un vino, bueno, por supuesto, a media tarde. Comentando, comentando,
recalan en las enfermedades. Una le pregunta a la otra si puede elegir entre
padecer e parkinson o el alzheimer.
La interpelada contesta,
tras pensárselo un ratito, que, decididamente, parkinson .
¿Por qué?, vuelve a
preguntar la primera.
Pues, contesta, porque con
parkinson se me pueden caer unas gotas de vino de la copa, o al servírmelo; si
tuviera alzheimer no sabría dónde está la botella de vino.
"Viva el vinoooo ....!", que dijo aquél.
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