Tras las últimas nieves del Pirineo, el mar. A orillas del Mediterráneo, como en un lago inmenso, aparecen recortados con precisión Portbou, Llançà, Port de la Selva, Cadaqués...
El avión inicia su descenso. Anuncian un tiempo despejado y una temperatura de 21°.
Barcelona es, como siempre, una ciudad cosmopolita y abierta. En sus plazas y en sus calles se mezclan gentes y lenguas diversas. En un café modernista de las Ramblas, leo la Vanguardia:“¡Visca Espanya!”. Con estas palabras titulaba
el gran poeta Joan Maragall un artículo, aparecido en La Publicitat el
día 5 de abril de 1908. Carmen Riera habla de Antonio Machado, Espriu, Joan Maragall que consideraba nefasta la España inmovilista y
casposa, aquella que Antonio Machado definió en unos versos tan categóricos
como memorables: “La España de charanga y pandereta, / cerrado y sacristía, /
devota de Frascuelo y de María, / de espíritu burlón y de alma quieta”, contra
la que luchaban, igualmente, muchos de los intelectuales castellanos, alineados
en las filas progresistas.
“Viva España, escribía Maragall. Ahora seremos nosotros los primeros en
gritárselo a todo aquel que se nos acerque: así le pediremos el santo y seña.
No como antes, cuando muchos nos lo querían hacer gritar como un inri, porque
España quería decir ellos. Ahora podemos demostrar lo que gritamos; porque
‘viva España’ ya no es el grito trágico, ya no es un eco en el vacío, ya no es
un símbolo de políticas funestas; sino que nuestro ‘viva España’ quiere decir
que España viva –¿entendéis?– que los pueblos se levanten y se muevan, que
hablen, que actúen por sí mismos, y se gobiernen y gobiernen; y España ya no es
un lugar común de patrioterismo encubridor de todo tipo de debilidades y
concupiscencias, sino que España es esto que se mueve y se levanta y habla y se
enfrenta a los que hasta ahora han vivido de su muerte aparente”..
Espriu en La pell de brau, apelaba también a Sepharad :“Haz que sean seguros los puentes del diálogo”.
En los textos de su Oda a España, Maragall habla de la “muerta”, refiriéndose a la España de la Restauración, caciquista
y patriotera, una
España madrastra de sus hijos...
Y en "Visca Espanya", Maragall continúa:
“Así, ya sabemos ahora gritar ‘ Viva España’; ya no
necesitamos que nadie nos lo enseñe, sino que nosotros lo podemos enseñar; y ya
hay quienes empiezan a gritarlo como nosotros, se levantan voces respondiendo a
la nuestra. Y pronto seremos más los que sabremos gritarlo así, que no los que
nos lo querían hacer gritar de la otra manera; y cuando nosotros seamos los
más, y los que no hayan podido aprenderlo a nuestro modo sean los menos,
entonces los separatistas serán ellos. Y nosotros seremos quienes,
provocándoles, diremos: ¡ Viva España!, señor ministro, ¿veamos si lo sabe
decir?; ¡viva España!, señor importantísimo; ¡viva España!, vosotros de los
partidos, soldados de fila; y ¡viva España!, generales”.
Con estos colores, se podría pintar una obra maestra. Pero al norte y al sur del Ebro, solamente se ven pintores de brocha gruesa. Incapaces de jugar con los colores. Algunos de ellos, monocromáticos. Pintarán una chapuza, constitucional o inconstitucional. Pero chapuza. Y nos seguirán hablando, hasta aburrirnos, sobre si son galgos o podencos.
Veo que no sé como poner los comentarios. Además de mi opinión sobre los textos, en mis dos comentarios anteriores daba las gracias a Paco, por traernos de nuevo y en estos momentos las palabras emocionantes y críticas de Maragall y Machado
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