II. El
sueño.
Los pies
muy calientes; la sensación de calor en los pies, que contrastaba con el frío
de la noche, le subió a un estado de semivigilia. Abrió los ojos; el sol de la
mañana calentaba sus pies, arrebujados con la sábana y las mantas. La sensación
de placer le empujó a remover sus pies a lo ancho de la cama, y estos
movimientos le ayudaron a girar su cuerpo sobre el brazo derecho para observar
la ventana por la que se colaba el sol. Este movimiento de rotación sobre el
eje de su cuerpo le supuso bastante esfuerzo, ya que su cuerpo, además de estar
dolorido por los años, permanecía anquilosado tras las horas pasadas en la cama
estático.
El roce de
su miembro enhiesto con la sábana y el peso de las mantas le despertó de su
duermevela placentero. Sus ojos reconstruyeron en el acto el sueño que había
vivido, y que recordaba todavía vivo y reciente. ¿Era un sueño o lo había
vivido en realidad? Hacía muchos años que su vida placentera y sosegada había
abandonado los placeres sexuales, pero esta noche había soñado, ¿vivido?, algo
que hacía muchos años tuvo al alcance de su mano.
Recordó, volvió
a ver con sus ojos, la curva en la espalda de Cunegunda, tan joven como siempre
que la recordaba, pero hacía muchos años que era solo un recuerdo. Esta noche
no fue un recuerdo; la vio de nuevo, y se desató en él un deseo indómito, nada
que ver con avejentados recuerdos; sino simple sed de pasar a la acción, arrancarle
toda la ropa. Levantarle las piernas, abrirle los pétalos, penetrarla,
entregarse al vaivén, eyacular. Un sueño, sí, solo un sueño; la flaccidez de su
miembro se lo confirmó. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño para
reencontrar en su cerebro el sueño que, una vez despierto, había perdido todo
sentido de realidad.
No había
sido un recuerdo el roce de su miembro tieso y duro con su embozo; esto era
real, luego el sueño con el cuerpo de Cunegunda le había devuelto, por una vez,
a la vida. Si en sueños recuperó sus vivencias sexuales, es que todavía podía
vivirlas en la realidad. Esta ilusión, esta esperanza, le impedía dormirse tras
la recuperación del sueño sexual que recordaba.
El sol
alcanzaba ya hasta su cintura. El calor del sol y el deseo, al fin, le sumieron
de nuevo en un ligero duermevela placentero. Con los ojos, medio abiertos, fijos
en los rayos del sol, se percató de que su miembro recobraba la vida, a la vez
que su cerebro recreó una parte de su sueño, una parte del placer que recordaba
ahora por primera vez desde que se despertara. La luz que su cerebro iluminó de
su sueño fue el mejor momento del mismo; olvidados los deseos previos,
olvidadas las acciones para desnudar a Cunegunda, olvidados los vaivenes y la
eyaculación, vio en un primer plano el momento en el que con deleite y lentitud
introdujo, en sueños solo, su miembro en la vagina de Cunegunda. Ahora su
cerebro reproducía el momento; lentamente, sin esfuerzo. El sol encendía ya su
rostro. El recuerdo de la penetración soñada se le grabó en la memoria, con
todos sus detalles de placer, para el resto de su vida.
Por fin, amigo Eduardo. Cumples tus promesas, hecha esta en la cena post pacomia último martes: hasta para eso dan las pacomias.
ResponderEliminarTe felicito en primer lugar por publicarlo y acto seguido porque me hiciste recordar los buenos tiempos en que también yo escribía relato erótico. O sea hace un par de semanas. Si has disfrutado tanto como yo lo hago, entonces te lo has pasado bomba. Quisiera preguntar aquí en el blog a qué atribuís ustedes vosotros el infinito miedo que tenemos a hablar/escribir sobre vivencias de la sexualidad. En general y en particular.
Enhorabuena, no esperaba menos. MB MB MB, me guztó.
He leído la fenomenología de un sueño, espacio de encuentro entre Aksiónov Vasili y el Cándido de Voltaire. Buen texto, Eduardo.
ResponderEliminarSobre las preguntas de Amador.
En general, creo que se habla tanto de sexualidad y de las experiencias sexuales que se ha terminado en una especie de caricatura. En Jujub, hay poca participación en todas las entradas, con independencia de los temas tratados.
Para mi, hablar de temas personales depende de dónde, cómo y con quién. El espacio privado es sagrado, aunque sé muy bien hasta qué punto está amenazado. Estoy de acuerdo con el Cándido de Voltaire, cuando al final, "después de conocer todos los horrores en el mejor de los mundos posibles", se dedica a cultivar su jardín. Si los jardines privados desaparecen....me temo que sólo quede la barbarie.... Pero el tema puede dar para muchas pacomias...
Muy bien y de acuerdo en lo comentado. Nuestros colegas blogueros no comentan más porque —como supongo— no les apetece hacerlo. Además, y en consecuencia, tampoco les interesa dedicar algunos ratos a aprender a utilizar esta herramienta de comunicación. En otros tiempos hubiéramos dicho que prevalece en ellos, y con creces, la 'verbomoticidad'.
EliminarTanto la cuestión de la privacidad como la del empleo de la violencia en según qué circunstancias podrían dar ambas para muchas pacomias ...
No me he metido en ningún jardín privado; he tenido mucho cuidado en hacerlo. Os adelanto que voy por la segunda entrada, y me quedan en la cabeza y en notas tomadas en los paseos para algunas entradas más, porque el tema da para mucho. Tenía razón Amador cuando aventuraba el II, III, IV, V y más. Lo iremos leyendo todos, ¿no? Gracias por los elogios, que me tomo, de momento a título de inventario; es mi primera intentona literaria. Como me he cansado de escribir en mi blog sobre el sistema educativo y la educación, he encontrado una distracción literaria. Creo que los escritores escriben para ellos mismos, y luego lo publican por si a alguien le interesa. La "verbomotricidad", como la "grafomanía" y la lectomanía", son, de verdad, las tres cosas más importantes que puede hacer alguien; si a estas tres actividades se le añade la sexualidad (no la sexomanía, en este caso), estaremos cerca de la felicidad. Seguiremos; y en público, porque es una manera de despertarse de la monotonía ideológica que nos rodea.
ResponderEliminarBravo, bravo ... bravísimo !
Eliminar...Estoy esperando...la III...Esto se anima..Hasta pronto, Eduardo..!!
ResponderEliminarAnoche volví de un viaje siguiendo a los Calatravos, la Orden de Calatrava, y me encuentro con la bella sorpresa-regalo de este reportaje de Manolo. Me quedo como dice Aristóteles "estupefacto" como ocurre ante las cosas que "nos causan admiración", tales como el movimiento de los astros etc. (Aristóteles dixit). Y es que dentro de la "Constelación Jubub" hay tal riqueza de arte, pensamiento, sensibilidad emotiva, sentido de la Historia etc. etc. que es pa' ........(rellénese el espacio por la inteligencia activa de los miembros).
ResponderEliminarY aprovecho para comentar una anécdota que le ocurrió a Diego Valderas con un grupo de universitarios uno de estos días de campaña. Uno de ellos le pregunta: "¿Le preocupa a Ud. la "abstinencia"?
¡Pobrecillos! Como no saben lo que es la "Cuaresma"........ jajajaja
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El texto anterior ha sido enviado como correo a los miembros.... bajo el efecto del disfrute de "Jujub La Revista" que tal placer me ha causado que, viendo las entradas posteriores de este maravilloso blog, imágenes, ideas, sugerencias que cada día se vierten en esta joya digital que no puedo menos que rellenar el espacio en blanco..... con una experiencia:
"p'a correrse de gusto".