sábado, 20 de septiembre de 2014

Solo muy interesados


El economista norteamericano, Jeremy Rifkin, asegura que España reúne las mejores condiciones para desarrollar la economía colaborativa y que, si quisiera, Rajoy podría implantar mañana mismo este nuevo modelo económico
"Si, la Tercera Revolución Industrial ya está aquí. Está naciendo una nueva Internet de las Cosas, una infraestructura inteligente que conectará las redes de energía renovable, los transportes y los datos. La era capitalista toca a su fin y las grandes empresas están virando hacia un nuevo paradigma económico, la economía colaborativa, en la que los ciudadanos están interconectados y comparten su música, sus vídeos o la energía. La llamada economía colaborativa es el primer sistema económico tras el surgimiento del capitalismo y el socialismo en el siglo XIX. En esta nueva etapa, cambia el papel de los ciudadanos. Dejamos de ser propietarios, trabajadores, compradores y vendedores para ser consumidores y productores, es decir, prosumidores. Produciremos nuestra propia energía verde en estaciones eléctricas cerca de nuestros domicilios y lo compartiremos con los vecinos. Creamos nuestros vídeos, la música, la impresión de objetos en tres dimensiones y lo compartimos con otros. Esto ya está ocurriendo en Alemania donde miles de personas ya producen energía solar y eólica y la comparten, y está empezando a desarrollarse en China.
Una competencia intensa obliga a la introducción de una tecnología cada vez más sofisticada que fomenta la productividad hasta un nivel óptimo en que el coste marginal de cada unidad adicional puesta a la venta se aproxima a cero [...] y el producto acaba siendo virtualmente gratuito.De suceder esto, el beneficio, el "alma" del capitalismo, se acabaría evaporando. Nunca pudimos esperar esto.
Cuando se aprobó la Ley de Economía Sostenible en 2011, el actual presidente del gobierno, entonces líder de la oposición, calificó el texto y la filosofía de la ley como un rótulo luminoso y añadió que se estaba creando un teatro en torno a este asunto. Mi mensaje a Rajoy es que mejor que utilizar términos teatrales, debe visitar Alemania, Dinamarca o China , donde ya están aplicando estos cambios. ¿O tiene intereses con la industria petrolera?
La austeridad está bien, necesitamos reformas en el mercado de trabajo pero esto no es suficiente. Incluso con esas reformas, si España sigue anclada en el siglo XX, nunca creará oportunidades para los jóvenes.
Cree que España puede crear millones de empleos para las próximas dos generaciones porque hay que construir estas nuevas redes de infraestructuras inteligentes que conducirán las energías renovables desde las centrales de producción hasta los domicilios. España puede producir su propia energía limpia como otros países. Ustedes tienen las mejores infraestructuras de comunicaciones (autovías, tren de alta velocidad, etc) pero del siglo XX. De lo que se trata ahora es de construir las redes del siglo XXI.

7 comentarios:

  1. "Una competencia intensa obliga a la introducción de una tecnología cada vez más sofisticada que fomenta la productividad hasta un nivel óptimo en que el coste marginal de cada unidad adicional puesta a la venta se aproxima a cero [...] y el producto acaba siendo virtualmente gratuito.De suceder esto, el beneficio, el "alma" del capitalismo, se acabaría evaporando. Nunca pudimos esperar esto".
    Con los datos que tenemos hoy, el beneficio sigue siendo una realidad y nada indica que se vaya a evaporar el alma del capitalismo. Las desigualdades han aumentado y la acumulación del capital privado se acerca en este principio del S.XXI a los comienzos del S.XX...La dura realidad es que solamente las dos guerras del siglo pasado redujeron la acumulación del capital y las desigualdades.
    La economía colaborativa está muy bien, hay que fomentarla...pero no es un cuento de hada donde los costes marginales próximos a cero pondrán los productos gratuitos en el mercado...

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    1. Pasan los meses y los años pasan y seguimos sin debate alguno acerca del modelo de producción. Y solo el conflicto catalán atiza la hoguera de a qué modelo de país nos convendría desembocar.

      Todas las reformas suenan a palos de ciego. Ciego que hasta de noche ve muy bien cuáles son sus intereses: acumular más y más; para la marinería y suboficiales, rancho. A algunos ni eso les llega. Mientras los partidos repiten sus viejos mantras para hacerse con el puente de mando, nadie a trazar rumbo. Nadie creo.

      Lo veo así pero quizá tenga una visión deformada del océano.

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    2. El océano es inmenso y nuestra visión limitada. Pero los mercados, por muy perfectos que sean, nunca defenderán el interés general. La mano invisible siempre fue un dogma y lo sigue siendo. El interés general, cuando se ha defendido, ha sido por la volundad de los ciudadanos contra los mitos y los dogmas. Contra los intereses particulares vestidos de múltiples ropajes...
      Pero lejos estamos hoy los ciudadanos de poder debatir sobre la sociedad que queremos y lejos de modificar los mecanismos de los mercados, que siempre serán ciegos y sordos a los problemas de sociedad.

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  2. Pues yo sigo creyendo en lo que parece una quimera, que una solución sería la desaparición del dinero al portador, del dinero que se esconde tras la máscara del anonimato para ocultar la "mierda" de la corrupción. Cuando el pueblo se pueda sentir orgulloso de sus "ricos" porque son los que más colaboran con su capacidad, aportación y pago de impuestos al bienestar nacional, comenzaremos a tener una sociedad más equilibrada. Los impuestos, por supuesto, progresivos, las herencias fuertemente penalizadas y el dinero transparente a través de transacciones mercantiles identificadas mediante el pago electrónico, que las nuevas tecnologías ya han puesto en nuestras manos. Necesitamos entonces decisiones valientes del gobierno que lo lleve a cabo.

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    1. Transeat totum: pues parece evidente que muchas cosas se evitarían y otras mejorarían.

      Seguiríamos, no obstante —o eso creo yo— con el mismo modelo de país: insufrible cantidad de parados, sin regulación del sistema financiero (gobernado por los que más dinero 'electrónico' tienen o por políticos comprados/doblegados a su poder/influencia), sin economía 'colaborativa', ni sostenible, las leyes y la justicia, las reformas laborales, la educación, la sanidad como siempre de mano de los de siempre, la misma si no peor desigualdad, contratos basura que no llegan ni a mera subsistencia. Etcétera, etcétera.

      Eso sí, sin dinero al portador —¿con menos corrupción? lo dudo— pero en las mismas manos para darse la gran vida. ¿Quiénes? los de siempre.

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  3. Pues al identificar el dinero, en primer lugar se acabaría con la economía sumergida (casi un 30% del PIB según algunos llamados expertos), aflorarían los parados que no son tales, al ser transparente la información las fortunas no tendrán más remedio que pagar impuestos, las fortunas no podrán emigrar a paraísos fiscales, los bienes comunes no podrán ser tapados, quien mucho tiene tendrá que justificar por qué lo tiene. Habrá poder pero no poder con dinero sin justificar. La droga, la mafia, la corrupción se tendrán que buscar otros paraísos. La prostitución dejará de ser porque se convertirá en una interrelación mercantil transparente y cotizable. Los empresarios serán más empresarios y menos recaudadores de beneficios.
    Al perder la máscara el dinero sucio se acojonará porque tendrá miedo de ser reconocido.

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  4. Mientras haya "legalidad" e "inmoralidad" que justifique que existan quienes tienen fortunas de miles de millones..... es imposible que la humanidad pueda caminar hacia una situación justa. Porque tales poderes compran cualquier cosa que limite sus intereses, empezando por el poder político. Es el poder político, apoyado por la sociedad lo que tiene que hacer que sea imposible tal acumulación de riqueza y poder. Desgraciadamente tal poder político ha de ser mundial. Pero las revoluciones profundas se han realizado a lo largo de la historia poco a poco. Las flores revolucionarias de un día no han producido más que dolor y frustración.
    No pongamos piedras en el camino de la "renovación", de lo "renovable", de todo lo que "sea posible" por la acción colectiva. El individualismo ha constituido el triunfo más deleznable de la burguesía apoyada por la religión sobre todo en la Edad Moderna. Tal vez la cultura oriental sea la que pueda enseñar a Occidente la disolución de ese individualismo enfermizo en un individualismo mucho mas colaborativo.
    Amén

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