Utilizar los símbolos es necesario. Está bien. Muy bien. Pero hay que estar a la altura de los símbolos que se utilizan.
Ventotene es el Manifiesto por una Europa federal frente al fracaso de los nacionalismos, escrito desde la cárcel y en plena guerra, como un grito de esperanza.
La Europa de hoy, es la Europa de la austeridad, el cierre de las fronteras y la vuelta a los nacionalismos. Ventotene queda lejos, muy lejos y casi nadie se acuerda ya de Altiero Spinelli, de Ernesto Rossi y de Eugenio Colorni. Cada día que pasa, parece que Ventotene se aleja más...
Parece que cada día se aleja más de Europa esa mínima Isola di Ventotene, pero sigue estando a 50 millas al oeste de Nápoles. Ni se mueve ni se espera que lo haga.
ResponderEliminarLo del Manifiesto allá firmado es otro cantar. Ha cambiado tanto el mundo que quizá convendría volver sobre su esencia y orígenes. Partiendo quizá de su contrario como punto de reinicio, i.e., imaginando una Europa sin UE.
Cuando los problemas se viven como domésticos es de titanes imaginar que la solución pueda estar más allá de esas mismas fronteras menores. Seguimos naciendo todavía miopes para lo diferente a papá y mamá. Corregir tal disfunción presupone admitir que lo es: que lo familiar se nos queda corto, que la unión con otros nos fortalece, madura y enriquece. Que lo 'nacional' ya nos asfixió más que suficiente y solo da de comer a sus popes y a sus siempre bien remunerados visionarios.
Pasa algo similar con la tan traída y llevada lucha contra la desigualdad. Que la minoría de desiguales por arriba la perciben como amenaza contra lo que creen suyo y, con más o menos justicia, solo suyo y de sus vástagos. Amén de criadero de vagos y simiente de revueltas (esas que ni unos ni otros desean). Ciegos que no quieren ver. Ver que su bienestar depende del suficiente bienestar de esa gran mayoría de desiguales por debajo.
Eje erróneo es el nacionalismo tanto como el neoliberalismo, que publicita con descaro que a mayor acumulación de dinero en el bolsillo de unos pocos más puestos de trabajo crearán sus poseedores. No, qué va, mejores yates y queridas más caras.
Pero los europeos de a pie parecen no querer enterarse y los partidos socialdemócratas que hicieron la silenciosa revolución social una vez, convalecen del esfuerzo y sus líderes deliran de consejo en consejo de administración.
Jóvenes generaciones, ¿qué Europa queréis construiros?
Imaginar una Europa sin UE ayudaría, aunque el Brexit y la extrema derecha europea imaginan una Europa mejor sin UE. En el primer caso, con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos. En el segundo, iremos viendo en las sucesivas elecciones y, más concretamente, en la presidenciales francesas del año que viene. Las generaciones jóvenes votarán también (directa o indirectamente) qué Europa quieren.
EliminarNo olvidar la historia y nuestro pasado es una necesidad para encontrar salidas a los problemas del presente y proyectarse en el futuro. Por eso, me parece imprescindible el deber de memoria,
Tengo muchas dudas que nuestra generación (si se puede hablar de generación) haya sido fiel a ese deber. Pero este tema sería para una nueva entrada. Quizás, interesante.