El copista recuerda un tiempo donde el beso se prohibió en los bancos públicos de Madrid y se hizo clandestino o se exilió al otro lado del Pirineo.
Hace ya muchos años, con la llegada de la primavera, florece La Rosaleda de Cecilio Rodríguez y los primeros besos en los bancos del Retiro. El copista se alegra y se dice: Mientras los bancos públicos se llenen de besos, la libertad y la esperanza seguirán vivas.
Desde luego quienes hemos disfrutado de los bancos públicos del Retiro.... tenemos recuerdos memorables no solo de bancos públicos sino de árboles fantásticos sin ventanas góticas, ni cítaras clásicas; también miradas estúpidas por fácticas de amores plácidos,... y etcéteras.
ResponderEliminarCierto que en alguna ocasión alguien nos rompió el encanto y nos jodió el invento; que siempre hay estúpidos por necios que miden la vida contemplando un precio.
ResponderEliminarAmigo Mariano, hay cosas que, afortunadamente, no se olvidan. El estanque, los bancos y los árboles del Retiro forman parte de esos momentos inolvidables.
Eliminar... y los títeres, y la banda municipal tocando en el templete y las barcas del Retiro. Pobre parque, tiene árboles enfermitos y lo están curando. Si habláramos de identidades, que no lo vamos a hacer, ja ja ja ... en medio estaría ... el RETIRO de Madrid. A no dudarlo que de con él estamos endeudados.
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