sábado, 7 de abril de 2018

Interesante columna.

Hace semanas que las chispeantes columnas de Teodoro León Gross en El País, que no se prodiga todos los días, me resultan interesantes como resúmenes acurados e irónicos de la realidad hispana.

La que se puede leer pinchando en el texto de color gris es, o eso creo yo, la chicha que puede rellenar los huequecillos que nos dejamos en  la conversación que WhatsAppeamos ayer tarde entre Paco, Amador y yo, con alguna chuletilla más. Recomiendo la columna de León Gross y nuestra conversación. 

4 comentarios:

  1. Por alusiones. Concuerdo contigo en el elogio de las columnas de Teodoro LG. Chema acaba de completar aquí esa visión al apuntar a la responsabilidad social de cada uno de nosotros como ciudadanos políticos.

    ResponderEliminar
  2. Buen articulo que empieza con una pregunta ¿era tan difícil hacerlo mejor? y termina con otra ¿es tan difícil ver una salida a esto?
    Yo añadiría una tercera ¿cómo ha sido posible llegar a esta situación de ruina sin reaccionar con la fuerza necesaria para evitar este ya evidente desastre?
    Echar la culpa a los políticos es muy fácil pero, en mi opinión, deja sin contestar la pregunta. Yo no tengo tampoco una respuesta, aunque sí he visto como cómo los ciudadanos mirábamos para otro lado y callábamos cuando la realidad no nos gustaba y la dirección hacia el desastre era ya evidente. Gran misterio!!!

    ResponderEliminar
  3. Nos gratificamos demasiado con la Santa Transición. Es verdad que fue un éxito notable frente al franquismo. Pero éste no fue derrotado y mientras tomaba carne de nuevo lavándose la cara, una izquierda se acomodó rápidamente al "triunfo electoral" en pro de la "gobernabilidad" asociándose a la derecha electoralmente derrotada pero civilmente no derrotada (no fue capaz de lograr que el franquismo fuera condenado en el parlamento, ni superar el Concordato), y otra izquierda no supo renovarse manteniéndose en sus "trece".
    Algo de eso ha ocurrido también en el mundo occidental pero España mantiene la tradición de que el adversario político es el "dednemigo a derrotar", con el que no se negocia. Hoy estamos en un "totum revolutum" donde no se acaba de reconocer una izquierda en la otra mientras la drecha se apaña en función de sus intereses. (Vemos como M.Rajoy puede ser capaz de sacar los presupuestos adelanter con el apoyo de ¡PNV y su concierto! y C's recogiendo los votos perdidos.
    Lágrimas de cocodrilo brotan de los ojos españoles.

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué bellamente brotan esas lágrimas de cocodrilo en Antonio Muñoz Molina en la última página de Babelia de esta semana!
    ¡Cómo no llorar (ya no como cocodrilos, sino de verdad) contemplando nuestra bandera a media asta y a nuestros ministros cuales "novios de la muerte" cantando el himno de la legión en las procesiones de semana santa!

    ResponderEliminar

Gracias por opinar.