Blog de quienes, jubilados, tienen el júbilo suficiente para charlar sobre lo que les viene en gana.
lunes, 13 de febrero de 2012
CADA COSA TIENE SU MOMENTO
Las reflexiones sobre el Edicto de Nantes son estupendas. ¡Qué pena que nadie se las haya hecho recordar a Franco en 1939 y que Franco hubiera dictaminado, algo así como: "Pacificar España bien vale hacerse un poco rojo", y entonces hacer un Edicto en que se vertieran las ideas del Edicto de Nantes.
No es de recibo que después de 40 años de "Victoria" ejercida con violencia sobre los "vencidos" durante todo ese tiempo, sean los "vencedores" los que reclamen un Edicto de Nantes. Sobre todo cuando lo que se está proponiendo con la Memoria histórica no es una "venganza" sino solo "un reconocimiento de la dignidad de los vencidos".
¿POR QUÉ NO SE HA PRODUCIDO EN EL PARLAMENTO UNA CONDENA DEL GOLPE DE ESTADO DEL 36 O EL RECONOCIMIENTO DEL FRANQUISMO COMO DICTADURA TOTALITARIA?
Y no entro en el caso concreto de Garzón. Sí reclamo el derecho a reivindicar la dignidad de los vencidos y humillados, no solo del ejército rojo, sino de todos los que durante cuarenta años, Y TREINTA SIGUIENTES, han seguido siendo perseguidos y humillados, entre otras cosas porque la Justicia no ha atendido a sus reclamaciones justas; nietos incluso de aquellos combatientes dignos.
Resulta cuando menos "dudoso" que magistrados que han ejercido su "justicia" durante los años de la dictadura sin hacer nada por cambiarla, juzguen y condenen argumentando sobre "justicia con métodos totalitarios".
Perfecta la conclusión:
“No se puede usted imaginar lo que somos capaces de hacer con la justicia”
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Estoy muy de acuerdo con tu reflexión, es más, estoy contigo. Lo de Garzón es un triunfo de los fascistas, los mismos jueces que juzgaron durante la dictadura se atreven ahora a darnos lecciones de democracia. ¿Por qué condenan sólo a Garzón? ¿Y Pedreira? ¿Y los fiscales? Los que hemos visto películas de mafiosos sabemos la ristra de abogados que tienen a su disposición. Ahora, eso sí, es sólo para garantizar los derechos del mafioso. ¡Ay del juez que se atreva a perseguir a los poderosos!
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