lunes, 20 de febrero de 2012

España en el pais de las maravillas

En el País del domingo, el profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Jordi Maluquer de Motes, escribía un artículo con el título de esta entrada. No conozco al autor, pero me parecen interesantes algunos datos de su artículo:

- El dinero que ha entrado en España desde 1986, es mucho más que el Plan Marshall que permitió reconstruir Europa, después de la II Guerra Mundial
- A pesar de esta entrada de dinero, considerada por Jose Luis González Vallvé y Miguel Angel Benedicto Solsona como "la mayor operación de solidaridad de la historia", el balance de la productividad española es desolador y la productividad relativa se deterioró hasta 2005. Acabamos de batir el record de déficit público en porcentaje del PIB, el de desempleo, de déficit exterior y la Seguridad Social también está ya en déficit.
- No es verdad que se haya tirado el dinero. Algunos sabían muy bien para dónde iba. ¿Cui prodest?. En primer lugar, a la construcción, estimulada sin escrúpulo alguno por los que mandan. Con tantas nuevas estructuras, muchos se han llenado los bolsillos, construyendo, financiando, administrando y gobernando: cargos, dietas, viajes, coches oficiales, fondos de pensiones astronómicos y todo tipo de prebendas. A veces por duplicado, por triplicado. Los más listos tienen ya sus ahorrillos, en " paradero desconocido".

El autor del artículo no lo dice, pero digo yo que parece de justicia recuperar hasta el último euro robado por unos y por otros, antes de pedir a los demás ciudadanos que participemos en pagar la deuda que ellos (los ladrones) crearon.

1 comentario:

  1. Es lo primero que habría que pedir a los corruptos a los que se pueda pillar. No sé ya si es cierto o no, pero creo que me contaron que la Venezuela de Pérez... (?) al que pilaban, debía devolver el 30 % de lo robado; medida prudente; la solución robar un poco más.

    Otra. En la época del corralito de Argentina, hubo un presidente del País cuyo apellido era una sílaba, ya no lo recuerdo; pero un argentino, de los nativos, me contó que cuando aquel fue gobernador de unos de lo estados, fue el mejor, porque consiguió que nadie más que él robara.

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