Hemos sido cinco tirados a la charla interesante, respetuosa, animada y..., quizás, misionera en el hotel más facha de Madrid. Empiezo por el final; antes de salir, Ernesto y yo hemos entrado en el WC para prevenir prisas en el ascensor de casa; ha entrado delante de nosotros una persona, varón, obvio, apoyado en una muleta; ha elegido para miccionar una de las tazas; la otra, averiada; se ha puesto a hablar, diciendo: "¿A ti te ha invitado la condesa a cenar?", y yo, ni corto ni perezoso, más atrevido que nunca, desde meadero, que está separado de las tazas, he contestado: "¡A mi, no!" Y el personaje ha seguido: "Es que estaba detrás de la condesa en la contrabarrera...". Le he interrumpido: "Creo que estás hablando con alguien que no está aquí". Respuesta del personaje: "Ah, creía que había entrado detrás de mi...". Silencio; Ernesto y yo apretando la boca para no reirnos; y menos de una persona con muleta. Al llegar a la calle, yo he salido el último, nos ha parecido a los cuatro que el que nos habló a Ernesto y a mi en el WC de caballeros, era, nada más y nada menos, que el torero Ortega Cano. Ahí queda eso; para los anales de la pacomia.
La pacomia ha derivado hoy por derroteros más intelectuales. De verdad, ni siquiera ha saltado a la mesa nada relacionado con el tema transcendental: el sexo; no la sexualidad, sino el sexo, por directo. A vuela pluma, y sabiendo que me dejo cosas en el tintero: las consecuencias sociales de la reforma laboral, futuro de la sociedad (no de la economía), los corruptos (creo que hemos dado un repaso personal a dos personajes, el de Totana -que cambia la cárcel por 8 millones de euros; eso si que es tela-, y el ex-alteza) desde la ética, anécdotas personales, detalles de la realidad repescados al volapié. Y ¿qué más? Confieso que a mi se me han pasado las más de dos horas en un, iba a decir santiamén pero me parece irreverente con la categoría personal de los asistentes a la pacomia, soplo de aire refrescante y reconfortante. Ah!, se ha comentado con más profundidad que tiempo, la incursión en el latín en JUBJUB. Hasta la próxima.
(Hemos quedado para el 1 de marzo, a las 10:00 en las Descalzas Reales, con la pretensión de comer, reservando el martes, en Casa Ciriaco).
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