“Una frase que acabo de leer”, … una frase que acabo de leer: claro, eso os pasa por leer tanto. No tenéis remedio. Bueno, vamos a ver. La frasecita —digna de figurar entre las greguerías de Ramón Gómez de la Serna— tiene su mandanga, su aquel, pero tampoco carece de cierto busilis.
La vida es sexo. No solo, claro es, pero sí de forma masiva. Una verdadera arma de construcción masiva y no como otras, que lo son destructivas. Asistiendo a clases de filosofía, que no estudiándola de verdad, escuché en una conferencia a un tal Piedrabuena —de nefanda citación para bastantes— que todo ser humano tenía un conflicto sexual. Conflicto: coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos (RAE, acepción 5). Antes de haber escuchado al citado psicólogo pensaba que era el único bicho raro en el mundo pues sentía yo que no acababa de encontrar un sitio para cada cosa. Irlo hallando me llevó décadas y aún me lleva.
El sexo —creo— es la persona, la personalidad. Por lo que no hay dos salidas iguales al conflicto, que a veces puede resultar asfixiante pero también luminoso y feliz como el sentimiento que se experimenta al hacer cumbre después de ardua escalada.
Se da la paradoja de que la sociedad, el entorno ayuda a la vez que pone palos en las ruedas del carro. Quizá menos que hace medio siglo pero también. En cualquier caso el sexo será siempre tensión entre pulsiones y cada individuo/a deberá enfrentarse a ellas. Lo quiera o no. Le va en ello la vida, no la existencia pero sí la vida. La buena vida.
Es que, como dice Amador, la vida es sexo o el sexo es vida y por eso lo oponente a la muerte es el sexo que es vida. Independientemente del conflicto que nos hayan acarreado con nuestra sexualidad, ¿por qué tanto jaleo eclesiástico? Nos crearon , para los creyentes, hombre y mujer; pues hala, a vivir...
"Lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo" Pudiera ser. Depende de qué se entienda por sexo. La sexualidad (la palabra) se utiliza hoy tanto que me parece ya una palabra gastada. Nuestra educación (si puede llamarse así a la recibida, creo, por la mayoría de mi generación) sobre la sexualidad estuvo llena de obstáculos, dificultades y problemas para vivirla de forma libre, alegre y humana. Cada uno, me supongo, hizo su camino con mayor o menor fortuna...Pero la sexualidad sigue siendo un buen tema de conversación cuando el invierno es frío y empieza a ser largo...
El sexo, como casi todo, es ambiguo, bueno o malo. Según he leído, antes de la aparición del sexo, la reproducción de las moléculas era por duplicación; eran inmortal. La reproducción sexual trajo la muerte de los seres vivos individuales, pero también la diversificación y evolución posterior de las especies. En definitiva, es muerte y es vida. La Iglesia católica, por ejemplo, supo utilizarlo para sus intereses espúreos.
“Una frase que acabo de leer”, … una frase que acabo de leer: claro, eso os pasa por leer tanto. No tenéis remedio. Bueno, vamos a ver. La frasecita —digna de figurar entre las greguerías de Ramón Gómez de la Serna— tiene su mandanga, su aquel, pero tampoco carece de cierto busilis.
ResponderEliminarLa vida es sexo. No solo, claro es, pero sí de forma masiva. Una verdadera arma de construcción masiva y no como otras, que lo son destructivas. Asistiendo a clases de filosofía, que no estudiándola de verdad, escuché en una conferencia a un tal Piedrabuena —de nefanda citación para bastantes— que todo ser humano tenía un conflicto sexual. Conflicto: coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos (RAE, acepción 5). Antes de haber escuchado al citado psicólogo pensaba que era el único bicho raro en el mundo pues sentía yo que no acababa de encontrar un sitio para cada cosa. Irlo hallando me llevó décadas y aún me lleva.
El sexo —creo— es la persona, la personalidad. Por lo que no hay dos salidas iguales al conflicto, que a veces puede resultar asfixiante pero también luminoso y feliz como el sentimiento que se experimenta al hacer cumbre después de ardua escalada.
Se da la paradoja de que la sociedad, el entorno ayuda a la vez que pone palos en las ruedas del carro. Quizá menos que hace medio siglo pero también. En cualquier caso el sexo será siempre tensión entre pulsiones y cada individuo/a deberá enfrentarse a ellas. Lo quiera o no. Le va en ello la vida, no la existencia pero sí la vida. La buena vida.
Es que, como dice Amador, la vida es sexo o el sexo es vida y por eso lo oponente a la muerte es el sexo que es vida. Independientemente del conflicto que nos hayan acarreado con nuestra sexualidad, ¿por qué tanto jaleo eclesiástico? Nos crearon , para los creyentes, hombre y mujer; pues hala, a vivir...
ResponderEliminar"Lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo"
ResponderEliminarPudiera ser. Depende de qué se entienda por sexo.
La sexualidad (la palabra) se utiliza hoy tanto que me parece ya una palabra gastada.
Nuestra educación (si puede llamarse así a la recibida, creo, por la mayoría de mi generación) sobre la sexualidad estuvo llena de obstáculos, dificultades y problemas para vivirla de forma libre, alegre y humana. Cada uno, me supongo, hizo su camino con mayor o menor fortuna...Pero la sexualidad sigue siendo un buen tema de conversación cuando el invierno es frío y empieza a ser largo...
El sexo, como casi todo, es ambiguo, bueno o malo. Según he leído, antes de la aparición del sexo, la reproducción de las moléculas era por duplicación; eran inmortal. La reproducción sexual trajo la muerte de los seres vivos individuales, pero también la diversificación y evolución posterior de las especies. En definitiva, es muerte y es vida. La Iglesia católica, por ejemplo, supo utilizarlo para sus intereses espúreos.
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