Transcribo solo la respuesta de Deisseroth, neurocientífico, en El País semanal de hoy (19 de junio de 2016):
"No hay bisturí más preciso que una palabra o una frase bien construida. El político que sabe cómo accionarlas es más peligroso que cualquier científico. Nuestro cerebro está diseñado para responder a ideas y conceptos comunicados con ellas, nunca seremos tan precisos como una palabra".
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