El voto no es cosa de necesitados ni de los más pobres.
Pasan de eso mucho y muchos.
Ni de los vagos, los del sofá, las series de TV y el fútbol
que pululan quizá en exceso para mi gusto pero ahí están. Pasan mucho de votar, y muchos.
Ni de buena parte de la juventud que busca, como yo quizá lo haría también, ese lugar al
sol en que les acoplamos sus padres. Pasan mucho de votar, y muchos.
Ni de los ignorantes, que llaman chorizos a los
políticos con justa indignación pero no saben o no se atreven a ir más allá. Los castigan no votando (!). Para que aprendan, dicen; que son todos iguales, añaden. Y pasan
mucho de votar. Demasiado quizá.
Ni de los que dicen 'no es eso, no es eso ...', o se rebotan de forma insufrible por aquel quítame allá esas pajas que dijo en aquel entonces y aquel allí mengano. Mal dicho y hecho pero pajas al fin y al cabo. Estos también pasan mucho de votar. Son muchos, creo.
Quedan los cultos, los ricos (en número muy superior a los que, ingenuo de mí, pienso que existen) y sobre todo los
concienciados. Ítems que supongo atañen a mi persona en mayor o menor medida. La mayoría con
miedo a perder lo que tenemos o suponemos tener. El miedo guarda la viña
y la moderación conserva los alimentos. Sobre todo los langostinos y el caviar:
en España y en la entera Europa.
Virgen del Rocío, qué pena tan grande nos dan los
precarios y los parados, los interinos, las colas a pie del banco de alimentos,
los inmigrantes, los emigrados —¿qué tal os va por ese Londres, hijos e hijas
queridísimas?, ¡cuidaos mucho!—, los desahuciados, los millones que aspiran a mísero refugiado.
Pero es que necesitamos más, mucho más dinero. No hay otra forma: que los radicales, comunistas y socialistas lo que reparten es la pobreza. Y todo atesoramiento es
poco para reinvertirlo en apoyar a valientes emprendedores y crear muchos y mejores puestos de trabajo que hagan innecesaria
esa supuesta reforma fiscal que algunos pretenden ‘progresista’, pues con los
impuestos que pagarán van a nutrir las arcas del estado y la Seguridad Social. Qué digo, que ya las están engrosando ese
millón de puestos de trabajo nuevos. Menos mal, esto mejora poco a poco. Preferible así si bien lo miras, que las prisas no son buenas consejeras. Para nada ni nadie.
El estado con sus técnicos ya se
encargan de profundizar y sobre todo ampliar el estado de bienestar (welfare european state) para todos y en
especial para los más débiles, que estamos pelín por debajo de la media del área euro en gasto social (4.693 €/habitante/año menos). Y eso tampoco.
Es lo que se ha dado en llamar —con muy buen sentido—
lucha contra la desigualdad (antes de la era políticamente correcta, justicia a
secas).
Sin olvidar —Dios nos libre— a tantísima benemérita ONG, que los españoles somos muy pero
que muy solidarios por naturaleza, por ciencia infusa. Tampoco olvidamos aquí y ahora a tanto suegro y abuela que, con abnegación y olvido de sí mismos, ayudan a salir adelante a los suyos: ¡adelante con denuedo, amigos y amigas!
Y encima a esto algunos lo llaman con despreciativo desdén neoliberalismo y/o
austericidio: encima desagradecidos. Pero bueno, con eso ya contábamos.
Todo llega a su debido tiempo..... Hay un tiempo para el éxito y otro para el fracaso (por así decir) O mas bien, su tiempo no ha llegado todavía..... Que todo lleve al bien de todos. La unión hace la fuerza...
ResponderEliminarNada mas,
Piedad
Muy completa explicación .Es muy difícil encontrar un líder q se preocupe realmente x la gente .
ResponderEliminarMalos políticos actualmente en todos los países.
Aquí ni les digo con el q tenemos , ha sido uno de los peores junto con Echeverría 1970 !
Graciela H