Ahora son todo reconocimientos. Pero cuántos de esos que ahora le honran se olvidan que su vida se ha construido, como recuerda Juan José Millás, a base de fracasos.
Quizá el fracaso mayor sea que todavía queden cuerpos tirados en las cunetas y que oficialmente no se haya producido una repulsa al régimen franquista; fracaso que algunos de los que van a despedirle no quieren resolver de una vez por todas.
Nos olvidamos de que en este país nuestro, para que hablen bien de alguien tiene que morirse; y entonces, hasta los enemigos se transforman, para no perder el tren de la loa, pero de los muertos, nunca de los vivos.
Para mi, la muerte de una persona, de cualquier persona, es un tiempo de piedad y de profundo respeto. Otra cosa diferente, es la valoración que cada uno haga de la actuación pública de Santiago Carrillo y hoy, no me parece el momento de abrir ese debate.
Ahora son todo reconocimientos. Pero cuántos de esos que ahora le honran se olvidan que su vida se ha construido, como recuerda Juan José Millás, a base de fracasos.
ResponderEliminarQuizá el fracaso mayor sea que todavía queden cuerpos tirados en las cunetas y que oficialmente no se haya producido una repulsa al régimen franquista; fracaso que algunos de los que van a despedirle no quieren resolver de una vez por todas.
Toy d'cuerdo contigo, Marianus Marcianus Maximus dilectus
EliminarNos olvidamos de que en este país nuestro, para que hablen bien de alguien tiene que morirse; y entonces, hasta los enemigos se transforman, para no perder el tren de la loa, pero de los muertos, nunca de los vivos.
ResponderEliminarPara mi, la muerte de una persona, de cualquier persona, es un tiempo de piedad y de profundo respeto.
ResponderEliminarOtra cosa diferente, es la valoración que cada uno haga de la actuación pública de Santiago Carrillo y hoy, no me parece el momento de abrir ese debate.