En
nuestras sociedades la mujer ha dado un salto cualitativo radical: se ha ganado
la capacidad de decidir sobre su propia vida al haber conquistado su
independencia económica. Sin ella no hay libertad vital.
Ni
política. Las sociedades que llegan a ser dependientes de forma astronómica del
crédito exterior devienen cautivas por fuerza de los mecanismos de crédito
privados (mercados) o públicos (FMI o FEEF, MEDE europeos, etc.). Los primeros
tratan simplemente de maximizar su beneficio y los segundos están dominados por
las políticas de los gobiernos de turno que más mandan en esos fondos. En el
caso europeo, neocon. Pero España e Italia aportan más fondos que Alemania: lógico, suman más habitantes (108 contra 82 millones).
Los
países endeudados están apalancados, colapsados y secos. Es el caso –hoy por
hoy- de Grecia,
Irlanda, Portugal, España, Chipre, en buena parte Italia y con
mucha probabilidad,
Eslovenia
y Hungría.
Un tercio de países y de población de la UE.
El diálogo podría centrarse de forma
más interesante –quizá- en otras alternativas/expectativas:
-
Que empiece pronto a irles mal a los países dominantes en la escena económica.
Que Alemania, por ej., abra la espita de cierta inflación (hasta un 4 %?)
para darle alegría al comercio y afloje el dogal con que nos lleva atados.
-
Esperar a que caigan esos gobiernos. Y que no sean sustituidos por otros aún
más conservadores
y/o nacionalistas.
-
Crear un Fondo de Inversiones de Crecimiento y Desarrollo en la UE
(¿!).
-
Que uno o varios países abandonen la eurozona (o que salga Alemania).
-
Luchar en forma denodada y prioritaria contra el paro para multiplicar los
ingresos en las arcas públicas: persecución del fraude fiscal (70.000 millones
en España), de la economía sumergida (o jugamos todos o se rompe la baraja),
revolución fiscal (pagan muchísimo más los que más tienen, y si sacan su dinero
se lo tendrían que llevar fuera de la UE), puestos de trabajo a mansalva en
educación, sanidad y dependencia. Apuesta total en I+D+i (o los chinos nos
comen la merienda).
-
Que los europeos, actuales o presuntos contagiados por el virus del déficit, dejemos
de conducir por la autovía mirando los siguientes cuatro metros y miremos los
siguientes doscientos. O sea, justo lo contrario de lo que estamos haciendo.
Traca final: dinamitar el Bundesbank, que es quien hoy manda, con
su mentalidad carca, facha y dinosaurio de los ricos ... ricos de verdad! (que
no son los alemanes).
Las
anteriores expectativas, son pueriles y catastróficas a excepción de las dos
últimas. No pasará demasiado tiempo sin que hayamos de elegir entre lo
catastrófico y lo utópico.
Acelerar
y forzar por vía de urgencia los procesos políticos de uniformización
de estructuras. Lo de que “por fuerza son procesos lentos” es un tópico, una
leyenda urbana. Son lentos por el egoísmo desaforado de políticos muy libres en
sus decisiones, felizmente gobernantes gracias a los electores de países
felizmente acomodados en sus riquezas y/o expolios de guante blanco (la canallada
del cuento de la cigarra y la hormiga).
Uniformar
estructuras políticas, fiscales, bancarias, militares, jurídicas, sociales, laborales,
sanitarias. Borrando del mapa constituciones, gobiernos nacionales, fronteras,
himnos, banderitas
y cualquier otro símbolo de caduca, decimonónica soberanía que nos llevan a
la ruina. A todos: a unos antes, a otros después.
Constitución,
BCE
auténtico y despolitizado, sindicatos, partidos políticos, ejército, policía,
universidad … europeos. No un solo país, sino una federación inédita de estados
con gobernadores
y delegados locales elegidos el mismo día, bajo la misma ley electoral por
quinientos millones de electores. El galimatías actual está muerto. El
presidente de EEUU
tiene que saber a qué teléfono llamar. Y la Unión Africana, y China, y la OEA y
la Liga Árabe y la Cruz Roja Internacional.
En
esos United States of Europe existen regiones deprimidas -Campania, Bretaña, Cerdeña, Sicilia,
Acaya,
Bulgaria,
Rumanía,
La Apulia
y otras- que habrá que levantar. Como ya ocurrió con Galicia,
Extremadura,
Castilla, etc. Pues California, Montana, Nevada y Florida quebraron y no se ha
enterado ni Dios. La golfa y miope Grecia no se puede venir encima de
nuestras cabezas. Ni la hacendosa España, ni nuestra bella patria italiana, ni
nuestro sueño ni el sueño del mundo entero (a excepción de EEUU y
China: ellos nos prefieren quebrados para comprar los restos a precio de
saldo).
Y
ya puestos a pedir: que la socialdemocracia europea haga
ejercicios espirituales con propósito de una vida renovada y pujante.
Y
colorín, colorado, este 'cuento' se ha acabado.
Nota.- Habrá más 'cuentos' en este mismo espacio. Gracias.
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